Los trabajadores del polígono zaragozano de San Valero emiten una media de 481,88 toneladas de CO2 al año y, teniendo en cuenta los costes de mantenimiento, póliza de seguro, amortización de vehículo y combustible, gastan entre 1.280 y 2.570 euros anuales en acudir a su puesto de trabajo.
Son datos que se desprenden del estudio ‘Conclusiones y propuestas del diagnóstico y análisis de la movilidad de los trabajadores de San Valero’ desarrollado por UGT Aragón y presentado esta tarde en Zaragoza. Cada día se desplazan a este polígono alrededor de 375 trabajadores en su vehículo propio –el 90,98 por ciento–, que recorren 13 ó 26 kilómetros en función del número de turnos. De ellos sólo el 8,29 por ciento se desplazan en vehículo compartido.
El polígono cuenta con 59 empresas y 410 trabajadores. De ellas, el 98,3 por ciento son autónomos y microempresas, lo que hace que ninguna de ellas cuente con transporte colectivo, y la presencia masculina es del 76,34 por ciento.
El porcentaje que emplea el transporte público es bajo, sólo un 6,36 por ciento, debido a que la línea que llega al polígono, la número 25, no da una cobertura adecuada porque en el 86,63 por ciento de los casos no se ajusta al horario de las empresas, además de que la parada se encuentra muy alejada de las empresas.
A pesar de que existe una línea de ferrocarril que pasa por las inmediaciones del polígono, en la actualidad ésta no sirve como opción pues, pese a que como señalaba el Plan Intermodal de Transportes de Zaragoza, el Ministerio de Fomento se comprometió a la apertura y funcionamiento de una línea de cercanías Casetas-La Cartuja, ésta sólo llega hasta Miraflores.
No obstante, el 88,54 por ciento de los trabajadores del polígono está dispuesto a dejar su vehículo y emplear un transporte colectivo «si diera un buen servicio y cobertura».
Por ello, UGT propuso que se difundan unas pautas de concienciación medioambiental en lo relativo a movilidad al trabajo; adaptar el horario de la línea 25 a las exigencias del polígono; implantar la línea de ferrocarril; y reducir los desplazamientos individuales en coche potenciando el uso compartido del mismo.
El acto de presentación del estudio contó con la presencia de la concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Lola Campos, que destacó la importancia de mejorar la movilidad e «ir cambiando la mentalidad haciendo una labor de sensibilización» para cumplir el plan de calidad del aire municipal que prevé disminuir un 30 por ciento las emisiones de CO2 antes de 2015.
Además señaló que, con la implantación del tranvía, se reducirán las emisiones un quince por ciento en Zaragoza y se reducirá una media de 1,3 decibelios el ruido en la capital aragonesa.
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