El CJCM reclama que en el debate público se opine con moderación y autocontención: «Pedimos a la clase política que no haga un uso interesado y partidista de esta situación. El desempleo y la precariedad que afectan a la población joven son muy graves, y más en las actuales circunstancias. Suponen el principal obstáculo de la juventud para emanciparse y desarrollar proyectos de vida autónomos, generan desigualdad y dificultan la inclusión social. Pero no es serio pensar que es la causa de estos incidentes, como se ha defendido públicamente, más si cabe cuando la práctica totalidad de las personas implicadas aún se encuentran en el periodo de formación previo a su incorporación a la vida laboral», mantiene el Consejo en una carta abierta.
Asimismo, pide que se tenga en cuenta la excepcionalidad de lo sucedido, para no etiquetar ni criminalizar a generaciones completas de jóvenes. El CJCM, que condena el uso de la violencia realizado por los jóvenes y valora como «muy grave» el desorden generado, los daños producidos, y el ataque a la autoridad, considera que la solución en el largo plazo no se halla en la simple imputación de las personas detenidas.
«Consideramos que el altercado excede de la intención individual de una o varias personas, o de las personas detenidas, convirtiéndose en un hecho social o colectivo, al actuar cientos de personas como una masa, alienadora de la voluntad individual y capaz de motivar conductas susceptibles de ser delictivas», mantiene.
«Es imprescindible abordar desde una perspectiva social lo sucedido en Pozuelo, y tratar de analizar las responsabilidades colectivas que todos tenemos», añade, al tiempo que reclama una reflexión sobre lo sucedido pues repasar el papel de los diferentes agentes educativos y socializadores, probablemente ofrezca pistas interesantes para comprender la situación actual.
«La familia, en cualquiera de sus modelos, es el principal agente educativo, y sin embargo, en los momentos actuales, dispone de menos recursos que anteriormente para desarrollar su misión. El tiempo que se pasa con los hijos, más allá del mero cuidado, tiene un alto valor educativo, sin el cual fallan la complicidad, la comunicación, la capacidad de transmisión de valores, el respeto, la autoridad, etc. Y cuando la familia no puede estar suficientemente presente, su lugar es ocupado por otros socializadores como la televisión e internet, que no tienen necesariamente un objetivo educativo», sostiene.
Para el Consejo, hay que tener en cuenta además que el papel de los hermanos mayores se ve muy reducido por las tendencias demográficas. Por eso, una primera medida imprescindible es a su juicio abordar una reforma del sistema productivo que garantice la conciliación de la vida laboral y familiar, entendiendo ésta no como un derecho de los progenitores, sino de los propios menores a recibir una educación adecuada; y por tanto, un bien público que debe ser protegido.
El CJCM destaca además que otro espacio de socialización importante es la escuela, que se convierte en una «microsociedad» en la cual el alumnado se ve obligado a convivir entre si y con el profesorado, aprendiendo a vivir en sociedad. «Es imprescindible abordar una reforma educativa, integral y duradera, con la participación de profesorado, alumnado, familias, entidades sociales y administraciones públicas; así como aumentar la inversión en la red pública de centros de enseñanza», insiste.
Compitiendo en importancia con los dos anteriores, se encuentran los medios de comunicación, y ahora Internet que, indudablemente, generan una muy gran aportación a nuestra sociedad. No obstante, en ellos la infancia y juventud puede encontrar con extrema facilidad, y sin apenas restricciones, contenidos y modelos que propugnan valores contrarios a los que tratan de inculcar familia y escuela.
«La tolerancia, el derecho a la libertad de expresión, o la promoción de la diversidad, no pueden justificar la continua relativización de valores morales y éticos que universalmente son aceptados como norma. Es necesario articular procedimientos que garanticen la adecuación de los contenidos televisivos dirigidos al público infantil y juvenil, en la línea de las propuestas del Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales (OCTA)», sostienen.
Asimismo, destacan que otro agente educativo, que no siempre se tiene en cuenta, lo constituye el grupo de iguales, los amigos, que se convierten en una de las influencias más determinantes en el desarrollo de las personas. Al jugar en casa, llamar por teléfono, y vivir en comunidades integradas, estos grupos primarios tradicionalmente quedaban dentro del ámbito de supervisión de las familias. Actualmente, la tecnología y la desarticulación de las comunidades locales, hacen muy difícil esta labor.
En su opinión, el papel de las asociaciones juveniles es imprescindible cuando, como se ha visto, otros mecanismos no funcionan adecuadamente. «No obstante, asistimos desde hace años, y la crisis lo ha agravado, a una continua reducción del apoyo que reciben el asociacionismo que, desde el voluntariado, es corresponsable de la educación integral de cientos de miles de jóvenes en nuestro país», apunta, al tiempo que añade que sin ir más lejos, en la Comunidad de Madrid las ayudas a estas entidades han disminuido un 41% en dos años.
El CJCM ha enviado hoy una carta a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para ofrecerse para colaborar con el Gobierno de la Comunidad de Madrid en todas aquellas iniciativas en pro de las necesidades e intereses de la juventud madrileña.
1 comentario en «Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid dice que «no es serio» decir que los incidentes se deben al paro»
Interesante noticia
Los comentarios están cerrados.