El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó ayer que su partido mantendrá una actitud de «vigilancia» ante la negociación de la transferencia de las políticas activas de empleo porque teme una posible «rebaja en la concepción del autogobierno», además del «mercado» que, a su juicio, «siempre» ha sufrido el cumplimiento del Estatuto de Gernika.
En una entrevista a Herri Irratia Loyola Media, recogida por Europa Press, Urkullu, se refirió, de esta manera, a la reunión que mantuvieron ayer el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, y el consejero de Interior, Rodolfo Ares, en la Comisión bilateral de Cooperación Administración General del Estado-Comunidad Autónoma Vasca, en relación a las transferencia de las políticas activas de empleo.
El dirigente nacionalista afirmó que, en general, habrá una «vigilancia» respecto a lo que el Gobierno vasco «vaya a hacer» y, en concreto, se refirió a la «vigilancia» que van a mantener respecto a la negociación de la transferencia de las políticas activas de empleo.
En este sentido, expresó su temor por una posible «rebaja en la concepción del autogobierno», además del «mercadeo» que «siempre ha sufrido el cumplimiento del pacto estatutario».
A su juicio, hay una «muy gran diferencia» entre la cuantificación que pueda realizar de esta transferencia el PSE «en orden a los ciento y pico millones», mientras que el PNV y el anterior Gobierno lo cifra en 400 millones.
«Me temo que es muy diferente el alcance de las políticas activas de empleo que nosotros buscamos en la regulación de los servicios de empleo, en lo que es la intermediación en el mercado laboral, en lo que es el fomento y la protección del empleo, a lo que el PSE, en connivencia con el PSOE, Gobierno vasco y español vayan a pactar», añadió.
Urkullu aseguró que su partido es consciente de «su responsabilidad y situación» y manifestó que, «desde su vocación institucional», van a «impedir el deterioro de las instituciones democráticas» y se va a favorecer «su más pleno desarrollo democrático». «El trabajo del PNV, esté en el gobierno o esté en la oposición, va a ser el de fortalecimiento del sistema institucional vasco», añadió.
LEHENDAKARI
Por otra parte, Urkullu trasladó su «absoluta» disposición a mantener una reunión con el lehendakari, Patxi López, para abordar la actual coyuntura. «No será por mí, que no tenga voluntad de sentarme con el lehendakari López y hablar sobre todas estas cuestiones», indicó Urkullu, quien añadió que están «pendiente de respuesta» a planteamientos realizados por él mismo, los diputados generales y el presidente de Eudel, Jokin Bildarratz.
Tras recordar que ya mantuvo un encuentro con López, Urkullu recordó el ofrecimiento de «colaboración» que ha trasladado al PSE-EE en su oferta de estabilidad institucional y presupuestaria.
El líder nacionalista recordó que su partido seguirá siendo «el grupo parlamentario mayoritario» y aseguró que tienen «claras» las apuestas que se deben hacer en la sociedad vasca, entre ellas, la de salir de la crisis, garantizar la «empleabilidad real» de la ciudadanía, profundizar en el autogobierno, respetar las decisiones de las instituciones vascas y que los vascos puedan vivir «consecuentemente con el respeto a las señas de la identidad».
Otra de las apuestas, según apuntó Urkullu, es también la de trabajar por la paz. «Sabe el señor López que el PNV también ha puesto encima de la mesa la necesidad de abordar la cuestión de la violencia y la cuestión contra el terrorismo entre todos los partidos políticos, intentando que, en todo caso, que el terrorismo ejerza una incidencia mínima en la capacidad de actuación política, de los partidos políticos y de las instituciones vascas».
En este sentido, Urkullu indicó que, en los últimos años, «algunos viven en el refugio de la actuación violenta para no proceder a lo que es el concepto de normalización política, en la capacidad de acción política y en el respeto a las decisiones de las instituciones vascas».
Por otra parte, ante las recientes declaraciones del lehendakari, Patxi López, que aseguró que Euskadi «exportaba crispación y ahora es casi el oasis de la política española», Urkullu manifestó que estas palabras vienen en línea de las declaraciones del PSE y del PP apuntando que su pacto en Euskadi está «blindado» frente a la «tensión» entre ambos partidos en el resto del Estado.
Urkullu reiteró que ese acuerdo entre ambos partidos en el País Vasco responde a «razones de Estado» y ya «se vio en 2007 en la comunidad foral navarra». A su juicio, obedece a «un modelo territorial de Estado» por parte del PSOE, que «tiene su consecuencia también, en estos momentos en la tensión que se pueda vivir en Cataluña respecto a la sentencia del TS sobre el Estatut».
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