En declaraciones a Catalunya Informació recogidas por Europa Press, remarcó que la reunión del G20 ha reafirmado un mensaje diferente, esto es, no retirar las medidas de estímulo fiscal, porque en otras crisis se ha hecho de forma precipitada. «Y eso no es precisamente subir impuestos, sino bajarlos o aumentar el gasto», precisó.
Aseguró que el Govern no se ha planteado una subida impositiva, aunque tampoco tiene demasiadas competencias al respecto. En cuanto al de Sucesiones y Donaciones, apostó por la reforma pero no por la eliminación, como reclaman CiU y PP.
Castells reconoció que «provoca situaciones a veces injustas» tal y como está configurado, por lo que entendió las quejas de algunos, sobre todo porque en otras comunidades se ha eliminado, pero consideró que «tiene su razón de ser y juega un papel importante desde el punto de vista de la justicia social», recordando que este impuesto se mantiene en la mayoría de países.
En cuanto a la crisis, el conseller subrayó que España tiene problemas específicos, como el paro, el importante peso del sector de la construcción y el modelo de crecimiento en base a la deuda exterior. «O hacemos nuestro deberes o los otros irán saliendo de la crisis y nosotros no», advirtió.
Para Castells, es necesario un ajuste y reformas, y son cuestiones que Catalunya no puede hacer porque no dependen de ella. El titular de Economía opinó que estas reformas deben estar basadas en el consenso, y se refirió concretamente a la del mercado laboral para opinar que es necesario abordarla teniendo en cuenta que el paro llega al 20 por ciento.
Criticó la «guerra de religiones y de dogma contra dogma» en este asunto. En un lado, dijo, están los que creen que no se debe hablar del mercado del trabajo, lo que consideró un «dogma insostenible». Del otro, los que sólo creen que es un problema de abaratar el despido. «No es el único problema ni mucho menos», señaló.
Castells pidió un debate «sin apriorismos y con un objetivo compartido», que es salir de la crisis, y para ello es necesario «liderazgo y empuje, y hay que vencer ciertas resistencias».
Pese a todo, opinó que Catalunya tiene unos cimientos «más sólidos» que España, con una base productiva potente y más abierta al exterior, el modelo que tocará ahora aplicar. En este punto, abogó por que los catalanes se pongan al frente para que el conjunto del Estado salga de la crisis.
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