La instalación de una oficina de información en la estación de autobuses constituye la principal novedad de la campaña municipal de temporeros, que cuenta con un presupuesto de 50.000 euros y una previsión de afluencia de alrededor de un millar de trabajadores entre el 15 de septiembre y el 25 de octubre. La concejal de Derechos Sociales, Pilar Criado, detalló ayer en rueda de prensa que el plan elaborado por la Mesa contra la Pobreza, en la que colaboran Cruz Roja, Cáritas, el Banco de Alimentos y la Cocina Económica, contempla un total de 93 plazas dedicadas al alojamiento en el Centro Municipal de Acogida de la calle Herrerías, las instalaciones del programa Alasca, el local de Cáritas en el barrio de La Estrella y las plazas que ceden algunas órdenes religiosas caso de los Salvatorianos.
El Ayuntamiento acondicionará un polideportivo municipal en el caso de que las plazas en los albergues no cubran la demanda de los temporeros.
La oficina de información atenderá a los temporeros con la ayuda de traductores, quienes les informarán de sus derechos y deberes, así como de las posibilidades de trabajo. Esta labor se reforzará con un equipo compuesto por dos educadores que rastrearán las calles y las plazas de la ciudad.
Criado indicó que los voluntarios de Cruz Roja se encargarán de atender a este colectivo durante su estancia en Logroño y el Banco de Alimentos proporcionará los alimentos que sean necesarios.
La Cocina Económica se encuentra en disposición de duplicar las raciones de su comedor social, tras la experiencia del año pasado cuando se llegó a atender mensualmente a 570 y 858 personas en septiembre y octubre, respectivamente.
Por último, la labor de los sindicatos consistirá en asesorar en materia laboral y velar por el cumplimiento de la legislación, que obliga a los contratadores a ofrecer alojamiento y comida a los temporeros.
La Delegación de Gobierno, por su parte, incidirá en la lucha contra las mafias y las situaciones de abuso.
Criado informó de que en Lérida la afluencia de temporeros este año ha sido «inferior» a lo que se preveía inicialmente con motivo de la campaña de recogida de fruta, con mayor presencia de españoles con respecto a trabajadores extranjeros, fruto del impacto de la crisis económica.
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