El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, advirtió a la CEOE de que el diálogo social no se retomará en septiembre si sólo sirve para volver a «marear la perdiz» y perder el tiempo sin posibilidades de acuerdo.
Corbacho, en una entrevista con Europa Press, subrayó que la organización empresarial haría bien en reflexionar y aparcar aquellas propuestas que hacen «materialmente imposible» un acuerdo con sindicatos y Gobierno.
«Si la CEOE vuelve con la rebaja en cinco puntos de las cotizaciones, o con que las bajas por enfermedad común sean gestionadas por las mutuas o con el abaratamiento sin más del despido, si viene con esas propuestas, lo mejor que podemos hacer es no iniciar el diálogo», subrayó Corbacho.
El ministro reconoció que durante seis meses ha vivido la «improductividad» de un proceso de diálogo social que, primero se vio ralentizado por las dinámicas internas de algunos de los interlocutores (CC.OO. celebró elecciones en diciembre y CEOE y UGT en abril) y que después siguió celebrando reuniones sin que el diálogo terminara en acuerdo.
«Al ministro de Trabajo no le gustaría volver a estar otros seis meses mareando la perdiz», avisó Corbacho, que replicó a la patronal que a la mesa de negociación no puede acudir con programas de máximos si realmente tiene voluntad de acuerdo.
En este sentido, advirtió a la organización empresarial que «no puede pretender ganar el partido por 5-0» y dejar que los demás se queden sin nada, pasivamente. «Cuando pretendes llegar a un acuerdo, sabes que en el camino te tendrás que dejar algo. Todos deben dejar algo y lo importante es que al final, en el documento que resulte, nadie tenga el cien por cien de sus pretensiones, pero todo el mundo se vea reflejado en él», dijo.
«LA CÚPULA DE CEOE REPRESENTA A LA GRAN EMPRESA»
Preguntado por si la CEOE representa realmente al empresariado español, Corbacho dijo que sí y que «no habría que quitarle un ápice de representatividad». Otra cosa, precisó, es si la cúpula de la patronal representa realmente a todos los empresarios.
«¿Es la cúpula de la CEOE la representante genuina del mediano y el pequeño empresario de este país? Pues no. La cúpula de la CEOE representa a la gran empresa, que también es importante, pero hay que recordar que el 80% del tejido productivo en España son pymes», enfatizó.
En este punto, declaró que pese a que Cepyme es un interlocutor más del diálogo social, la CEOE «no le da el protagonismo que probablemente le correspondería». «Puede sonar duro, pero esa es la realidad», indicó.
En caso de que el diálogo social pudiera reanudarse en septiembre, el ministro manifestó que su formato seguiría siendo tripartito, es decir, que no se prescindiría de ningún interlocutor. «El diálogo social tiene tres patas, y si no tiene ese base no sería diálogo social», comentó.
Corbacho aseguró a Europa Press que no se atrevería a culpar «al cien por cien» a la CEOE del fracaso del diálogo social, aunque sí señaló que, como «testigo excepcional del diálogo social», puede decir que la patronal ha sido la organización que «menos ha facilitado las cosas», presentando propuestas «excesivamente exigentes en el corto plazo» que imposibilitaban un acuerdo.
Preguntado por si cree que detrás de la actitud de la CEOE se esconde algún interés político o de otra naturaleza, Corbacho sólo se limitó a decir que es la patronal quien debería decir si lo que piensa se aproxima más a las opiniones del PP que a las del PSOE.
«Algunas declaraciones no queridas se han escapado alguna vez y no precisamente de simpatía hacia el PSOE, pero en todo caso no pasa nada, porque vivimos en un país democrático y plural», agregó Corbacho, en referencia al episodio del ‘micrófono abierto’ que sufrió el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, en el que culpaba de «los años de la crisis» a José Luis Rodríguez Zapatero.
ABSENTISMO LABORAL.
Una de las propuestas empresariales que no ha gustado al ministro ha sido la del absentismo laboral. La CEOE quiere que se permita a las mutuas dar el alta a efectos económicos en los casos de enfermedad común, propuesta que, según Corbacho, «pondría en crisis el sistema sanitario español».
«Si la CEOE le pone encima de la mesa al ministro de Trabajo que hay que trabajar en el objetivo de reducir el absentismo no justificado, el ministro de Trabajo lo acepta y lo defiende al cien por cien, delante de quien sea menester, sea un sindicato o sean dos. Ahora bien, cuando al ministro de Trabajo se le dice que ese problema se resuelve pasando las bajas de enfermedad común a las mutuas, entonces les digo que no saben de lo que están hablando o que el absentismo no es lo que realmente preocupa, porque eso es poner en crisis el sistema sanitario español», subrayó.
Corbacho invitó a la CEOE a «hablar en serio» del absentismo laboral injustificado y a distinguirlo del absentismo causado por la enfermedad de un trabajador, ante lo cual, dijo, lo primero es la salud. «Pero no se puede decir a priori que para rebajar el absentismo las mutuas deben dar las bajas», insistió el ministro.
Junto con la del absentismo laboral, otra de las reclamaciones empresariales que no cuenta con el beneplácito del Gobierno es la de abaratar el despido. «Me gustaría saber si todos los que piden bajar la indemnización por despido a la gente que cobra 1.500 euros al mes tienen contratos blindados», afirmó el ministro, que también se preguntó por si las indemnizaciones por despido que se han pagado dentro de las organizaciones que defienden el abaratamiento del despido han sido históricamente de 20 días.
En cualquier caso y con independencia de lo que suceda en el proceso de diálogo social a la vuelta de las vacaciones, el titular de Trabajo recordó que «los gobiernos están para gobernar» y que el Gobierno socialista está legitimado para actuar tras haber sido elegido democráticamente por más de 11 millones de ciudadanos. «El Gobierno quiere desarrollar su política con el máximo de concertación y de acuerdo, pero si eso no es posible, tiene un programa y unos objetivos que cumplir», reseñó.
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