Los representantes de las regiones presentes en el encuentro (Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León) coincidieron en señalar que la calidad general obtenida tanto en ajo blanco como morado es buena. Además de que los rendimientos productivos por hectárea han bajado lo que, unido a la reducción de superficie de esta campaña, arrojará con total probabilidad a nivel nacional una producción inferior a las 140.000 toneladas.
Según informó la Mesa Nacional del Ajo en nota de prensa, ninguno de los participantes encuentra explicación a la «anómala y preocupante» situación que registra el mercado, hundido en sus precios y sin apenas operaciones.
En este sentido, esto está provocando una sensación de «temor y ruina inminente» entre los productores, que ven que de no corregirse la situación sumarían una campaña más de malos resultados a la ya pasada, lo que económicamente en la actual coyuntura de crisis es insostenible y llevaría al abandono de muchas explotaciones ajeras.
Asimismo, sólo en Castilla-La Mancha se calcula que de las 1.500 explotaciones existentes en la actualidad, podrían abandonarían la actividad unas 600, es decir, el 40 por ciento de los actuales efectivos productivos.
De esta manera, para el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, el conquense Julio Bacete, de confirmarse esto «sería un drama para muchos pueblos que perderían de golpe una gran cantidad de empleos relacionados directamente con las tareas de cultivo y posterior manipulación», ya que como es sabido, la ocupación laboral que genera el cultivo del ajo en determinadas poblaciones es una de las principales fuentes de empleo, principalmente mano de obra femenina.
Asimismo, en el mes de mayo cuando se inició la campaña en Andalucía, todo el sector ajero esperaba que esta fuera una campaña buena, de recuperación de precios y de estabilidad entre otras, ya que se detectó una subida de los precios de importación del ajo originario de China, que en los últimos meses se han multiplicado por cuatro.
Además la calidad de la cosecha era buena y la producción en España estaba estabilizada. «Inexplicablemente esos buenos augurios se han tornado en negros nubarrones», señaló Bacete.
Los comentarios están cerrados.