Los conductores de autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) presentaron el 31 de julio una demanda de conciliación en procedimiento de conflicto colectivo ante la decisión de la empresa de tirar adelante en solitario la reorganización laboral del sector de autobuses después de que los delegados de CGT, Actub, CC.OO. y UGT no asistieran a las reuniones convocadas para negociarla, a las que sólo acudió algún delegado del SIT.
Además, el 30 de septiembre los trabajadores volverán a reunirse en Asamblea General para decidir qué otras acciones llevarán a cabo. En diciembre de 2008 y en junio de este año realizaron dos paradas, tras las que decidieron dejar más tiempo para negociar el convenio.
El plan, que la empresa justifica para no saturar el servicio tras más de un año sin acordarse el nuevo convenio, supone aplicar los acuerdos de abril de 2008, que implican la reducción de 25 minutos y permiten los dos días de descanso semanal para 2.900 conductores. Incluye también aplicar los 30 minutos de descanso diario y la reducción de horas extraordinarias que fija el Decreto de 2007.
Según la dirección, los cambios se harán sin pérdida de salario, permitirán distribuir el servicio y generar 600 empleos en cinco años en el sector de autobuses. TMB ha contactado con la Conselleria de Trabajo para que tengan prioridad de incorporarse a la plantilla empleados o autónomos afectados por ERE de sectores afines, como Nissan.
Los trabajadores de TMB se preguntaron en un comunicado emitido hoy si esos 600 empleos anunciados «a bombo y platillo» por la empresa tendrán contratos ‘basura’, remunerados con 600 euros al mes o sólo serán para cubrir vacaciones en verano.
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