RRHH Digital. Más de la mitad de los empleados se muestra contrario a reducir el tamaño de su vehículo de empresa aunque sea como medida para reducir costes, siendo esta oposición más acusada en el caso de aquéllos que trabajan en pequeñas y medianas compañías, según revela “El Observador del Vehículo de Empresa” (CVO) promovido por Arval, compañía especializada en renting perteneciente al grupo BNP Paribas.
De esta forma, el 63% de los asalariados de una pyme y el 54% de los que trabajan en una gran corporación aseguran no estar conformes con la idea de conducir un coche más pequeño o de menor motorización, por considerar que esta decisión supone una pérdida de estatus social además de una falta de reconocimiento hacia su labor.
No sucede así con los vehículos “verdes”. En este caso, alrededor del 65% de los empleados estaría dispuesto a conducir un vehículo de consumo eficiente tipo Eco2, Econetic, Bluetec, etc. antes que a reducir el tamaño de su coche, animados por la imagen de modernidad, “glamour” y conciencia ecológica que estos modelos transmiten.
Una decisión “controvertida”
El estudio –realizado entre casi 3.400 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en doce países con el objetivo de determinar las prácticas actuales y tendencias futuras en este sector– muestra que dos de cada diez compañías españolas están rebajando ya la categoría de sus vehículos en busca de un ahorro directo en la compra –menor precio y fiscalidad- pero también indirecto en el consumo de carburante.
El CVO muestra que esta decisión no cuenta, en líneas generales, con el beneplácito de los empleados que, si bien son conscientes de la necesidad de su empresa de reducir costes por la crisis, son más partidarios de involucrarse en iniciativas relacionadas con criterios medioambientales por responder a un doble objetivo económico, pero también social.
De esta forma, alrededor de la mitad de los empleados estaría dispuesto a participar en cursos de conducción ecológica o actividades para reducir las emisiones de CO2. Así, el 56% de los trabajadores de una gran empresa accedería a dedicar parte de su tiempo a depurar su forma de conducir, frente al 44% de los asalariados de una pequeña firma.
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