El consejo de administración de la textil Dogi, en concurso de acreedores, aprobó en una reunión celebrada ayer el plan de viabilidad con el que lleva semanas trabajando para conseguir superar su situación actual. Este plan contempla 90 despidos en la fábrica de El Masnou (Barcelona), así como la venta de participaciones no estratégicas.
En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la empresa, que preside Josep Domènech, recordó que está diseñando este plan para reposicionar a la empresa, optimizando estructuras y dotando de mayor robustez al grupo y a sus filiales.
En la junta celebrada a principios de junio, el consejero delegado de la textil, Jordi Torras, constató que DOGI era viable, a pesar de las pérdidas y problemas de financiación que arrastra, agravados en los últimos meses por una drástica reducción de ventas y los costes derivados de una reestructuración iniciada en 2007.
El juez aprobó el concurso voluntario presentado por la compañía con un pasivo de 42,5 millones de euros; 28 millones corresponden a la deuda contraída con las entidades financieras, seis millones a proveedores, cinco millones al grupo Dogi y tres millones a las administraciones públicas.
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