El director gerente del Hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, aseguró ayer que el hospital «cumple la normativa exquisitamente» y negó que el centro sanitario incumpla la normativa en materia laboral, como señaló ayer el Consejo General de Enfermería, porque en el caso del bebé Rayán, que murió tras ser alimentado de manera errónea, se envió a una enfermera que no cumplía las características necesaria para trabajar en esa unidad.
«Aquí se cumple la normativa exquisitamente, como en todos los hospitales de España prácticamente», aseguró Barba en declaraciones a Radio Nacional, recogidas por Europa Press.
Barba aseguró no entender las acusaciones de la organización colegial de enfermería, ya que en el centro que dirige «los ratios de personal son los adecuados según las sociedades científicas, que dicen que tiene que haber una enfermera para cada 2-3 cunas». «Respecto a la experiencia que tienen que tener los profesionales de enfermería en nuestro hospital la cumplen estrictamente todos», aseguró y destacó que para que una enfermera vaya a una unidad de estas le requieren «una experiencia anterior».
Respecto al caso concreto de la enfermera que supuestamente cometió el error, que según el informe del Consejo de Enfermería carecía de la preparación necesaria, Barba precisó que no tenía a su cargo ningún paciente. «Estaba precisamente formándose con dos DUE especializadas en eso. Había cuatro camas, con dos DUE y una auxiliar, con lo que cumplimos el ratio perfectamente, y esa profesional estaba familiarizándose, en su aprendizaje como un residente de cirugía o de medicina; exactamente igual», apostilló.
El gerente del centro explicó que la normativa establece que estas profesionales tienen que tener experiencia en cuidados neonatológicos y se debe garantizar la atención continuada las 24 horas del día los 365 día del año, con una diplomada cada 2-3 puestos. «Además de tener un responsable de enfermería, que tenemos por supuesto. No incumplimos ninguna orden, ninguna», recalcó.
Barba no quiso pronunciarse sobre el hecho de que, según se ha explicado, fue la propia enfermera quien se ofreció a alimentar a Rayán después de que las responsables de la unidad tuvieran que concentrarse en una urgencia. «Ese tema está en el juzgado y el juez decidirá quién es responsable y quién no es responsable», dijo, pero añadió que se trata de «una enfermera diplomada y cualquier enfermera diplomada está capacitada para administrar una alimentación enteral, que es una cosa muy sencilla y no hace falta ninguna especialidad para ello».
Barba explicó, asimismo, que la medicación llega procedente de la farmacia del centro a la unidad de Neonatología «perfectamente etiquetada y separada», mientras la alimentación enteral se prepara dentro de la unidad en biberones.
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