El presidente del Consello Económico e Social (CES), Pablo Egerique, tildó ayer de «nefasto» el año 2008 para la economía gallega, por lo que demandó de las administraciones públicas «medidas inmediatas» para crear empleo y evitar un mayor desajuste en el tejido empresarial, por ser las áreas «más afectadas».
En todo caso, durante la presentación de la Memoria de 2008, aludió a la existencia de algunos «datos inicialmente positivos» –sobre empleo, hipotecas y ventas, entre otros– que llevan a pensar que «va amainando el temporal», aunque abogó por que se analicen «en su justa medida, dentro de un marco negativo».
De hecho, definió el informe sobre el pasado año como «una avalancha de datos negativos» que reflejan que 2008 fue un año «nefasto y totalmente negativo», en concreto, en materia de pérdida de empleo y destrucción de empresas, de debilitación del tejido industrial y de caída de la demanda interna.
A pesar de que el presidente de este órgano consultivo de la Xunta en materia sociolaboral está convencido de que esta situación de «auténtica crisis exige medidas inmediatas», rechazó proponer medidas al Gobierno gallego debido a su condición de «neutral». «No es nuestra función, sólo lo haríamos si nos lo pidieran», resolvió, al tiempo que zanjó la cuestión al afirmar que su única competencia es «plantear la situación.
MEMORIA
La ‘Memoria sobre a situación económica e social de Galicia 2008’ fue presentada por el presidente de la Comisión Sectorial 4 para la confección de la citada memoria, el sindicalista de Xóvenes Agricultores (XX.AA.) Manuel Fontela. Éste explicó que el texto se divide en cinco capítulos: ‘Panorama económico’, ‘Emprego e relacións laborais’, ‘Dinamismo do tecido productivo’, ‘Calidade de vida e benestar social’ y ‘Desenvolvemento rexional’.
En el primer bloque se constata que Galicia «presenta una rápida desaceleración de su ritmo de crecimiento económico», aunque señala que la evolución registrada fue «mejor» que la del conjunto del Estado en un 0,6 por ciento; y apunta que los sectores más afectados desde el punto de vista de la oferta, fueron el energético y el industrial.
Los datos «negativos y pesimistas» de la primera parte se trasladan a un segundo apartado, en el que se pone de manifiesto el aumento del desempleo y la ralentización de las altas de afiliación a la Seguridad Social y de la población ocupada. El sector primario, la industria y la construcción sufrieron el mayor impacto en este ámbito.
En tercer lugar, el CES ve «preocupante» la caída en el número de sociedades constituidas en Galicia por cada 10.000 habitantes, así como el crecimiento del índice de rotación empresarial. Además, según señala, las «dificultades» del sector productivo gallego se hacen patentes en a contracción del Valor Añadido Bruto (VAB) generado por las actividades del sector primario, industrial y de la construcción.
A continuación, se pone de manifiesto un incremento en el número total de beneficiarios de algún tipo de prestación económica –en gran medida, por el aumento de perceptores de prestaciones por desempleo–, así como que Galicia se consolida en el último puesto del Estado en cuanto al importe medio de las pensiones contributivas.
En este capítulo, también se incide en la necesidad de controlar «de un modo más eficiente» el gasto farmacéutico y se aboga por reducir las listas de espera sanitarias, al tiempo que se constata como «positivo, aunque insuficiente» el incremento del número de plazas de guardería. De igual modo, se interpreta como «positiva» la reducción del porcentaje de abandono escolar, que sitúa a Galicia como cuarta comunidad con menor índice.
Por último, el CES lamenta la «importante demora» de las obras del AVE en Galicia y, en relación a las actividades de I+D, valora el incremento en el gasto interno en un 23,6 por ciento. A este respecto, apuesta por «realizar una apuesta firme» por el sector de la alta y media-alta tecnología.
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