El responsable de comunicación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Rafael López, negó ayer que el colectivo haya indicado a los trabajadores de los aeropuertos españoles que no trabajen horas extras a partir del próximo 1 de agosto como medida de presión ante el sistema de programación de turnos de AENA para ahorrar costes.
Sin embargo, López no descartó que existiera alguna «iniciativa local» para mostrar su malestar por el plan ‘anticrisis’ que el gestor aeroportuario acomete desde hace ocho meses, aunque puntualizó que «no se trata de una huelga ni una petición que se extienda a ámbito nacional».
«En algunos aeropuertos podría existir algún conflicto porque los empleados no estén dispuestos a suplir la falta de personal con su tiempo en verano», subrayó.
En cuanto al cierre de ayer de dos de las cuatro pistas de las que dispone el aeropuerto de Madrid-Barajas, que AENA justificó por la falta de voluntarios para trabajar horas extras, el portavoz de USCA indicó que se debió a una «falta de previsión» o a una política de «esperar al último momento», y exigió «no culpar a los controladores».
«Lo ocurrido en Barajas pudo deberse a una falta de entendimiento entre empresa y trabajadores. También a una falta de previsión, aunque las bajas por maternidad se conocen con tiempo, o a esperar al último momento para cubrir los puestos necesarios», señaló.
López pidió a AENA programar los turnos con mayor antelación y «no esperar como ayer» para evitar que «vuelva a producirse la falta de personal».
Asimismo, reivindicó el derecho de los trabajadores a conocer «con tiempo suficiente si desean trabajar fuera de su jornada diaria, ya que están en su derecho de rechazar las horas extras».
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