El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, rechazó ayer rebajar la edad de jubilación y, en cambio, apostó por «incentivar cada vez más la voluntariedad de la permanencia en el trabajo».
El titular de Trabajo también consideró «más razonable» el ir «acercando» la edad real de jubilación (unos 63 años) a la edad legal (65 años), y tildó de «derroche de energía y sabiduría y de tirar por la borda el capital humano» el prescindir de los trabajadores de mayor edad.
«Parece razonable que ir en la dirección de bajar la edad de jubilación no es la dirección lógica», sostuvo durante una conferencia que impartió dentro del seminario ‘El impacto de la crisis en el sistema de protección social’, organizado dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.
Corbacho también aseveró que no se aceptará «de ninguna manera ninguna propuesta» de rebaja de las cotizaciones sociales si supone «poner en riesgo la sostenibilidad del sistema social de las pensiones». «Pocas bromas, con esas personas no vamos a jugar», advirtió.
El ministro de Trabajo reclamó «sacar las pensiones del debate a corto plazo» y evitar que se conviertan en un elemento de confrontación política, si bien elogió el comportamiento al respecto de las formaciones de la comisión parlamentaria que estudia la reforma del Pacto de Toledo.
CRISIS Y SEGURIDAD SOCIAL
Corbacho hizo hincapié en que la crisis, pese a tener incidencia en la Seguridad Social por la caída en el número de afiliados y el aumento de desempleados, no ha «puesto en cuestión la sostenibilidad del sistema ni amenazado su equilibrio financiero». Las cuentas están saneadas y no hay ningún crédito pendiente, subrayó.
Su departamento, según señaló, trabaja con la «hipótesis conservadora» de que el superávit baje al 0,3% del PIB este año. No obstante, detalló que se cuenta con el Fondo de Reserva, dotado con 58.000 millones de euros, con el que incluso aunque se entrara en un 0,1% de déficit, «no se colocaría el sistema en riesgo de ninguna manera».
Por tanto, las reformas que tengan que hacerse no son porque el sistema esté en crisis por la situación económica, sino para garantizar su equilibrio en los próximos años, dijo. Corbacho atribuyó la crisis económica al sector financiero y a su «apuesta decidida» por el sector de la construcción, al ver que «a corto plazo daba dinero invertir en el ladrillo».
El ministro recalcó que «en este país el único que no tiene competencias de trabajo es el ministro de Trabajo», mientras que «en estos momentos de crisis, todos los que tienen competencias están entre las matas».
Finalmente, Corbacho abogó por cambiar el significado del concepto de subsidio de desempleo, que para él debería ser una renta de protección para permitir que los empleados puedan aprovechar el tiempo sin trabajar para formarse.
Se trata de «apostar por políticas activas». En el futuro «cambiante», avanzó, será necesaria la «formación polivalente para estar en condiciones de cambiar de sector u oficio». Así, Corbacho afirmó que «hay que aprender para poder seguir aprendiendo».
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