Los 366 trabajadores de New Fabris, un fabricante de piezas para el automóvil que se encuentra en situación de liquidación judicial, amenazan con hacer saltar por los aires la fábrica de Châtellerault, situada al norte de Poitiers, en el oeste de Francia, si no reciben una indemnización de PSA y Renault, los dos principales solicitantes de pedidos.
En concreto piden a los constructores automovilísticos, a quienes acusan de haber provocado la caída de la empresa al tener paralizados los pedidos desde el pasado mes de septiembre, firmar un acuerdo comprometiéndose a pagar 30.000 euros para cada uno de los asalariados de aquí al 31 de julio.
Si antes de esa fecha PSA y RENAULT no ceden a la petición, los sindicatos sostienen que hay botellas de gas en la fábrica y que todo está preparado para que estallen. Los servicios de la Prefectura (delegación del Gobierno) descartan no obstante el riesgo de explosión porque aseguran que las botellas situadas encima de la central eléctrica de la fábrica están vacías.
«Reclamamos 30.000 euros por trabajador por todos los años en los que hemos trabajado casi exclusivamente para ellos. No podían dejarnos tirados así, de la noche a la mañana. Aquí la gente tiene una media de 49 años y 25 años de antiguedad. ¿Cómo quieres que vuelvan a encontrar trabajo?», relata en ‘Le Parisien’ Guy Eyermann, delegado de CGT y secretario del comité de empresa.
El sindicalista acusa a los dos constructores galos de haber abandonado a la empresa y a sus 366 trabajadores. «Hacía seis años que no nos consultaban sobre las nuevas piezas y sin embargo a principios de 2008 nos pidieron trabajar a fondo. Se contrató incluso a temporales y luego, en septiembre, nada más. Los libros de pedidos están vacíos», se queja.
Los encargos de PSA y Renault representan el 90 % de la actividad de New Fabris que, con miles de piezas sueltas impagadas en stock y una nula actividad se vio el pasado mes de junio frente a la liquidación judicial.
Eyermann y sus colegas piensan igualmente en la posibilidad de emprender acciones judiciales contra los dos grupos automovilísticos porque asegura que legalmente tienen la obligación de advertir a la dirección de la fábrica con antelación suficiente sobre la paralización de los pedidos.
La semana pasada los trabajadores ya mantuvieron una manifestación ante la sede de PSA y este jueves 16 de julio harán lo mismo frente a la de Renault, en Boulogne Billancourt, en la región parisina.
Los empleados de New Fabris irán igualmente al Ministerio de Empleo el próximo 20 de julio para pedir la intervención del Gobierno frente a los grupos automovilísticos, que además han recibido ayudas estatales para ayudar al sector a superar la crisis.
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