El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aseguró ayer en Barcelona que la crisis es «una oportunidad» para evolucionar hacia una economía productiva distinta. «A veces nos tiene que venir un palo así para que nos demos cuenta de que con el turismo más el ladrillo, pan para hoy y hambre para mañana», afirmó.
A su juicio, en la actual economía globalizada «hay que investigar» para garantizar la competitividad y buscar la vanguardia en todas las profesiones, «como ya la tiene la ingeniería española».
Revilla realizó estas declaraciones en su discurso de bienvenida a los nuevos ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Obras Públicas y Geología de la Universidad Politécnica de Cataluña, a quienes apadrinó en su ceremonia de graduación, celebrada ayer con la asistencia de alrededor de 500 personas.
El presidente cántabro aseguró que la ingeniería es «una profesión prestigiada» y «a la vanguardia del mundo» en un momento en el que «no todas lo están». «Por ejemplo la mía, que casi no te atreves a decir que eres doctor en Económicas», ironizó.
En este sentido, criticó la incidencia que ha tenido en la crisis actual la actuación de algunos economistas, «que sólo han aplicado las teorías en su propio beneficio», fundamentalmente en los Estados Unidos, y que han provocado la quiebra del sistema financiero americano.
No obstante y a pesar de las dificultades existentes, afirmó no ser pesimista y subrayó que lo mejor está por llegar, porque la economía «son ciclos y el último escalón siempre es superior a los anteriores».
OBRA PÚBLICA
Para lograrlo reivindicó la obra pública, en su opinión «la mejor inversión productiva, ya que coloca al país en la modernidad y, además, genera empleo».
Revilla se declaró «orgulloso» de la posición alcanzada por la ingeniería española y valoró la capacidad de esta profesión para contribuir a la recuperación económica, por lo que animó a los nuevos graduados a mirar al futuro «con optimismo», porque «situaciones peores hemos vivido».
VISITA A LA CASA DE CANTABRIA EN BARCELONA
Por otro lado, al término de la ceremonia de graduación de los 105 nuevos ingenieros que conforman la última promoción de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Cataluña, el presidente se desplazó a la Casa de Cantabria, ubicada en el barrio de Pedralbes de Barcelona, donde mantuvo un encuentro con la directiva presidida por José Ramón Arroyo.
El presidente aprovechó la visita para testimoniar su admiración a la labor que desarrollan los cántabros establecidos en Cataluña para promocionar la imagen de su región de origen y los calificó como «los mejores y más fieles embajadores que tiene Cantabria».
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