Unos 13.000 trabajadores del sector de la automoción catalán, uno de cada cinco, han perdido su trabajo en el último año, según transmitieron ayer al Parlament la Federación Catalana de Vendedores de Vehículos de Motor y el Gremio de Vendedores de Vehículos de Motor.
Estas asociaciones, formadas por casi 7.000 empresas, han llevado ante los grupos parlamentarios una serie de documentos en los que reflejaban la situación «dramática» que viven en este sector, según declaró a Europa Press el secretario general del gremio, Joan Blancafort.
En la reunión, que Blancafort ha calificado de «muy positiva», se ha generado el debate en torno a cuestiones como el plan de ayuda al motor de la Generalitat (Autocat), el descenso drástico de las ventas, la falta de liquidez por la nula concesión de créditos bancarios y las relaciones con la Administración.
Los grupos parlamentarios han destacado la «valentía, claridad y franqueza», según Blancafort, con que la asociación ha expuesto la situación. Por su parte, el gremio ha agradecido los puntos de vista de los parlamentarios porque creen que enriquece su labor.
El equipo de Blancafort ha realizado algunas peticiones al Parlament como la necesidad de una ley de Distribución Comercial, la liberalización de las inspecciones técnicas (ITV) que permita realizarlas en talleres más pequeños, conseguir que las ayudas de la administración a pymes y particulares sea efectiva, y limitar a seis meses la permanencia de los vehículos no vendidos en los concesionarios, pudiendo devolverlos al fabricante pasado ese tiempo.
El sector del automóvil, que emplea a 55.000 personas, es uno de los más castigados de la crisis. Respecto al año pasado, las ventas de vehículos de cuatro ruedas han descendido un 37%, las de furgonetas y camiones ligeros un 68% y las de los ciclomotores y motocicletas, un 50%.
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