El sector del ocio nocturno y recreativo ha perdido 15.000 puestos de trabajo y ha reducido su facturación un 22% en los dos últimos años como consecuencia de la progresiva caída del consumo y de la menor afluencia de público a sus establecimientos, según un estudio de la Asociación Nacional de Empresarios por la Calidad del Ocio.
El informe, que constata la preocupación existente entre los empresarios del sector por el «severo» retroceso de la actividad por la crisis, señala que el número de consumiciones que realizan los clientes en cada visita a un establecimiento de ocio ha descendido un 33%.
Actualmente, la media se encuentra en 1,2 consumiciones por cliente y noche, frente a las dos consumiciones de media que se registraban en 2007.
Por otro lado, los precios se han mantenido «prácticamente estables» en los dos últimos años, con un valor medio del combinado de siete euros en las capitales de provincia. Sin embargo, los ingresos por ventas de entradas han caído un 30%, y casi un 25% de los locales que tenían entrada y taquilla han suprimido este mecanismo de acceso y han impuesto la entrada libre.
Por provincias, el descenso más agudo de la facturación se produce en Sevilla, con un 35%, mientras que el menor se registra en Madrid, con un 15%.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios por la Calidad del Ocio, Dionisio Lara, explicó que el ocio nocturno tarda en padecer los efectos de la crisis porque en su fase inicial las salidas nocturnas tienen un «efecto evasivo sobre los problemas económicos de la gente», pero una vez que la crisis se acentúa, influye «radicalmente» en el consumo de actividades recreativas.
Lara también explicó la caída de la facturación por el incremento de las actividades lúdicas y de vida social en los domicilios particulares, y aludió al «efecto no deseado» del ‘botellón’ entre la población más joven, «gracias a la impunidad de este fenómeno y a la tolerancia de las administraciones locales.
El presidente de la patronal advirtió del peligro que en estos momentos «amenaza la vida nocturna española» y reclamó medidas dinamizadoras, como que se active una campaña de marketing turístico, que se «suavice» la presión fiscal sobre el sector recreativo y el aplazamiento de pago de impuestos, con el propósito de «aliviar la penosa situación económica del sector».
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