El sindicato CSI·F criticó ayer en un comunicado que los vigilantes de seguridad privada cobren 800 euros de media al mes, y reciban sólo 7,30 euros por cada hora extra, por lo que insistieron en que se desbloquee el convenio, cuya negociación «lleva estancada desde hace ocho meses».
Al respecto, fuentes de la entidad mostraron su preocupación por la congelación de la renovación del convenio, llevada a cabo por la patronal, que «no mueve ficha desde noviembre de 2008», dijeron, por lo que consideran «absolutamente necesario» revisar las mejoras solicitadas para los trabajadores de este sector, que se encuentra especialmente azotado por la crisis y sumido en la «precariedad».
Consideraron «irrisoria» la retribución, al tiempo que indicaron que el pago de horas extras «no se ve compensado ni aunque exista nocturnidad en las mismas, ya que en este caso tan sólo se cobra un euro más por esta circunstancia». Si además es festivo, el suplemento que se debe agregar es de 80 céntimos, una cifra «ridícula», en opinión de CSI·F.
Así, sus reivindicaciones pasan por firmar un nuevo convenio con un aumento del salario base, en el que se añadan los en torno a 140 euros de vestuario y transporte, así como incluir de nuevo los trienios.
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