La Confederación General de Trabajadores denunció hoy que la Dirección Ejecutiva de Cercanías Metropolitanas de Madrid de Renfe, «aprovechando la actual crisis económica», va a cerrar las taquillas de Renfe para que los ciudadanos se acostumbren al uso de las máquinas expendedoras de billetes, con lo que desaparecerá el personal ferroviario de las estaciones de Cercanías de la Comunidad.
En un comunicado, señalaron que dicho proyecto es contrario a los intereses de todos los usuarios, «pues dejará las estaciones sin personal que se ocupe de la seguridad de las instalaciones y sin la información personalizada que requieren los ciudadanos». Además, supondrá también «una destrucción masiva de puestos de trabajo y su aberrante sustitución por máquinas auto-venta».
Según el sindicato, estas máquinas auto-venta han requerido una gran inversión y tienen «elevados costes de mantenimiento, con el agravante que el producto comprado por Renfe no da, ni por asomo, las prestaciones requeridas».
En este sentido, indicaron que el plan de Renfe no se ha dado a conocer a la opinión pública, y que este «silencio» obedece a que dicho plan está guiado «por intereses privados dando prioridad a las empresas privadas para beneficiarse de los derechos reconocidos constitucionalmente a las personas, pudiendo privar de estos derechos a la comunidad en caso de que no aporten beneficios».
Para CGT, el cierre de las taquillas de las estaciones de Cercanías provocará el aumento del gasto público en la adquisición y mantenimiento «de una infinidad de máquinas» que sustituyan a los trabajadores de la venta de billetes, «ya que este nuevo engendro de proyecto tiene cuando menos una dudosa viabilidad económica debido a la reducción de ingresos que esta aniquilación del servicio implica».
También, en su opinión, conllevará el encarecimiento de las tarifas, al poner Renfe en manos de empresas privadas un servicio público que ha sido creado y costeado por la sociedad, «bajo dudosos criterios economicistas», y la pérdida de la seguridad ciudadana en los recintos ferroviarios de Cercanías. Además, aumentará las dificultades para obtener el título de transporte (billete) o recibir información de viva voz.
«Renfe cargará las responsabilidades hacia el poco personal que quede, que tendrá que dar la cara por todos los problemas que se vienen encima sí este proyecto sale adelante», apuntaron, al tiempo que destacaron la «destrucción y precarización del empleo» que supondrá esta medida. «Estamos hartos de ver como cada empresa contratista que pasa por el ferrocarril, intenta empeorar las condiciones de vida de los trabajadores», añadieron.
CGT defiende que el Servicio Ferroviario de las Cercanías de Madrid, siga siendo un servicio público que responda a las expectativas y demandas de movilidad del conjunto de la sociedad, con unos servicios satisfactorios y unas tarifas asequibles garantizando la seguridad frente a cualquier otro criterio.
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