El ministro francés de Trabajo, Brice Hortefeux, ha vuelto a reabrir en Francia el debate sobre el retraso de la edad de jubilación, fijada desde 1982 en los 60 años, como una de las posibles pistas para resolver el problema estructural del déficit de los sistemas de pensiones.
Hortefeux lanzó la idea anoche en un programa televisado y hoy ha intentado aplacar las primeras críticas recordando que el Gobierno no ha tomado ninguna decisión. Sin embargo, el primer ministro, François Fillon, ha dejado claro que atrasar la edad legal de la jubilación «no es una cuestión tabú» y que el tema «merece un gran debate nacional».
«Si no hacemos nada nos daremos contra la pared», llegó a decir Hortefeux, que evocó igualmente las otras dos opciones que se barajan habitualmente para aliviar el déficit de la Seguridad Social. En primer lugar disminuir las pensiones, un esfuerzo suplementario al que los franceses no están dispuestos, y menos en periodo de crisis, que el ministro parece descartar y, en segundo lugar, aumentar el periodo de cotización.
Esta última solución es la que ha aplicado tradicionalmente Francia en las reformas sucesivas acometidas en 1993 y 2003, al pasar de los 37,5 a los 40 años de cotización en el sector privado y en el público, respectivamente. La última reforma, aprobada en 2008 bajo la presidencia de Nicolás Sarkozy, estipula el paso paulatino de 40 a 41 años en el sector privado de aquí a 2012. Sin embargo, la edad de jubilación no se ha tocado desde 1982.
Así pues, para volver a colocar encima de la mesa el retraso de la edad de jubilación, Hortefeux puso como ejemplo la reforma realizada en Alemania que ha decidido llevarla hasta los 67 años.
La sugerencia del ministro ha provocado la inmediata reacción sindical y el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, le ha acusado de abrazar una tesis que la patronal no dejará de defender hasta que lo consiga. Para Thibault el retraso de la jubilación conllevará, además, una disminución de las pensiones e impedirá rebajar las cifras del paro juvenil.
Hortefeux ha intentado hoy en RMC aplacar las primeras chispas de la polémica al asegurar que no se puede estar sin hacer nada frente al desafío de las pensiones pero que tampoco se puede «poner el carro antes que los bueyes» y que la solución que se adopte será después de un debate. «No hay hoy ningún principio de decisión por la sencilla razón de que el debate no ha empezado», dijo.
El globo sonda lanzado por el ministro galo coincide con la publicación esta tarde en Francia del déficit del régimen general de la Seguridad Social, que se acercará a los 20.000 millones de euros, el doble de lo que se esperaba, según los diarios económicos.
En este contexto, el presidente Sarkozy ha decidido situar en el centro de la segunda parte de su mandato la cuestión de las jubilaciones y podría referirse a la edad de jubilación durante el discurso que pronunciará el próximo 22 de junio ante el Senado y la Asamblea reunidos en Versalles.
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