RRHH Digital. Las remuneraciones de los altos directivos siempre han sido motivo de preocupación. Sujetos a una gran cantidad de cambios, los sueldos de estos directivos, marcados casi siempre por las remuneraciones variables, no se han visto afectados en exceso en tiempos difíciles. Sin embargo, el momento por el que atraviesa el mundo a nivel económico y laboral, representa una oportunidad para replantearse una adaptación al cambio.
Mayor transparencia
Según Eliana García, Associate Principal de Michael Page Executive Search, a raíz del ultimátum del Gobierno Francés hace algunas semanas instando a las patronales a que presenten propuestas referentes a la regulación de aspectos retributivos como bonus o stock options, y siguiendo la tendencia en esta materia de propuestas como la de la UE, de regular los sueldos de la alta dirección de compañías cotizadas, se ha desatado una guerra de comunicados entre todas las partes que se ven (directa o indirectamente) afectadas por ello, algo que nada tiene que ver con la respuesta al problema.
Es comprensible que la remuneración que tienen los altos directivos crezca siempre que la empresa tenga buenos resultados, pero a los accionistas y al público les choca que éstas sean retribuciones astronómicas y que incluso se den también en empresas que han entrado en grandes pérdidas.
Por esta razón, los altos directivos se encuentran desde hace algún tiempo en el punto de mira de los accionistas, trabajadores y, por supuesto, de la opinión pública, que les pide una mayor transparencia. Se les ha reprochado que por un lado invoquen la necesidad de una contención salarial para la buena marcha de la economía y, por el otro, que sus retribuciones crezcan sin parar y las empresas lleguen incluso a despedir trabajadores, pero no prescindan de sus elevados sueldos.
Pero, como apuntan desde Michael Page Executive Search, al final el fenómeno que desata este debate, es solo la punta del iceberg de una práctica, no muy transparente, que se ha venido dando desde el principio de los tiempos y que es la discrecionalidad con que los sueldos variables muchas veces se basan en criterios subjetivos de los Comités Ejecutivos.
Todo esto se debe a que hay dos posturas enfrentadas. Aquellos quienes consideran que este tipo de normas suponen una verdadera intromisión en la gestión de la compañía, y los que piden que la reforma sea más profunda.
Una retribución en dos partes
En un momento de mercado en que muchas de las economías empresariales necesitan de una financiación ajena, es cierto que todo directivo debe ser consecuente con la situación, no solo dando una mayor transparencia a la estructura de la remuneración del Comité, sino también siendo muy coherente con la fijación de la misma. El problema se centra en las empresas cotizadas por tener como atractivo y reclamo para el Directivo la posibilidad de poseer Stock Options, que en teoría es un incentivo para que estos persigan aumentar el valor de las acciones de la compañía, así se les dota del derecho a comprar un paquete de acciones de la sociedad. Pero estas estrellas de la retribución para altos directivos están perdiendo auge entre las empresas españolas.
En este sentido, como dice García, “consideramos que en España, dada su estructura empresarial (PYME principalmente), queda en un segundo plano en cuanto a una urgencia de regulación, no siendo igual para las compañías del IBEX y mercado continuo. Quizá una solución a priori, antes de meternos en temas legislativos, sea reforzar los controles internos y los procesos de estas compañías”.
Este tipo de retribuciones está en el punto de mira tanto de accionistas como de trabajadores y de la opinión pública. Lo que se reprocha a los altos directivos es que sus salarios se disparen, al mismo tiempo que ellos invocan la necesidad de una contención salarial para la buena marcha de nuestra economía.
El caso de España
Según Michael Page Executive Search, en España, en absoluto ajena a la crisis económica e incluso teniendo uno de los índices de paro mas altos de la UE, los Directivos están concienciados de la necesidad de reducir costes, optimizar recursos y sobre todo de que es una etapa en la que todos tienen que renunciar a los «derechos» de los que gozaban en otros escenarios económicos. Es raro encontrar un Directivo que a fecha de hoy no reconozca que no cobra su porcentaje variable y, en general, todos consideran que es coherente dado el descenso de ventas de las empresas y las previsiones del ejercicio. Asimismo, en torno a un 80% de los Executive reconocen la congelación de salarios para el presente ejercicio y asumen esta iniciativa como necesaria e incluso sana.
En nuestro país, el Código de Buen Gobierno que se ha aprobado en mayo establece una recomendación a las empresas de publicar los sueldos individualizados de cada miembro del consejo. Si bien la compañía decide no hacerlo público, solo tendrá que justificar el motivo y dejará la valoración de su decisión al mercado.
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