RRHH Digital. La asociación FAMO (Fabricantes Asociados de Mobiliario de Oficina y Colectividades) ha organizado un año más el Encuentro Empresarial del Sector del Mobiliario de Oficina y Colectividades, con Fernando Fernández Méndez de Andés, Rector de la Universidad Nebrija, como invitado.
Fernando Fernández comenzó su intervención afirmando que esta crisis financiera “es más profunda y global de lo que nunca habíamos anticipado”. “Los ciclos existen y lo habíamos olvidado”, afirma. En su opinión, ha resultado imposible resistirse a la marea de que “todo va bien”, y la consecuencia es que el coste estimado de esta crisis “supera ya los 4 billones de dólares”, señala citando el IMF Financial Stability report.
LAS CAUSAS DE LA CRISIS FINANCIERA: exceso de liquidez, crecimiento del crédito…
Afirma que no es una crisis de liquidez, “ni siquiera ya de confianza” sino de Solvencia. “Han desaparecido entidades míticas, y hasta un modelo de banca, el de inversión, y el originar para distribuir”, señala.
Por otra parte, los gobiernos han tenido que actuar con medidas extraordinarias, y en su opinión “todavía no sabemos si ha servido para algo”.
Según el Rector de la Nebrija Universidad, la crisis es producto de excesos de todos los participantes en el sistema: “la irresponsabilidad de las entidades financieras, la complacencia de los reguladores, la codicia de los inversores”…
Otro causante de esta crisis es, en su opinión, el exceso de liquidez: “hemos vivido un periodo de liquidez excesiva (el mago Greenspan no ha soportado el test de la historia, afirma); se ha mantenido una política monetaria excesivamente laxa; un nivel de apalancamiento excesivo y una valoración del riesgo excesivamente optimista”, indica.
Fernando Fernández culpa de la actual situación también al crecimiento excesivo del crédito: “se han ignorado todas las señales que emitía el sistema; la más obvia, la historia porque todas las crisis bancarias han venido precedidas de crecimientos desorbitados del crédito”, comenta.
El resultado de estos desajustes es “un desapalancamiento inevitable”, según el Rector de la Nebrija. “Durante mucho tiempo (años, no trimestres) las entidades financieras tendrán bastante con gestionar su balance para asegurar solvencia. Después, el mundo tendrá que acostumbrarse a vivir con menos crédito, lo que conducirá a una reestructuración inevitable del sector financiero”, matiza.
En su opinión, el proceso de ajuste -desde el punto de vista financiero- no ha terminado. “Veremos cierres de entidades disfrazadas de fusiones”.
A este respecto, arremete en contra de la fusión de las Cajas de Ahorros de una misma Comunidad Autónoma; “es una locura; en primer lugar, porque las Cajas de una misma Comunidad están expuestas al mismo ciclo económico y a la misma actividad; en segundo, por el riesgo de una mayor injerencia política (cuanto más grande sea la Caja, mayor será la tentación del político de utilizarla). En tercer lugar, me preocupan este tipo de políticas por el deterioro que causan a la imagen país de España”.
“ESPAÑA TIENE UNA CRISIS PROPIA”
Todas las grandes economías mundiales están ya en recesión, pero según Fernando Fernández, “España tiene una crisis propia”: Excesivo endeudamiento externo (del 10% PIB, el mayor de la OCDE); monocultivo de la construcción, que ha llegado a suponer el 17% del PIB en sentido amplio, y un problema estructural de competitividad: “costes de transacción y unidad de mercado; marco poco atractivo para hacer negocios; sistema fiscal que grava la creación de empleo y no fomenta el ahorro; educación, no solo universitaria, poco competitiva que premia el igualitarismo y la rigidez del mercado laboral”.
En este sentido, señala que la crisis “es una crisis de competitividad, no de demanda, que exige una respuesta de oferta, y medidas especialmente difíciles desde un gobierno central sin Competencias”.
El Rector de la Nebrija aboga por una política económica de competitividad, que conlleva en su opinión: “Mejorar las posibilidades de una recuperación sostenida; una fiscalidad que fomente el ahorro y la inversión; eliminar capacidad de endeudamiento de Comunidades Autónomas; políticas de empleo y reforma laboral (reducir costes fijos de empleo, movilidad funcional) o la unidad de mercado, entre otras”.
Afirma también que “si salimos de la crisis será gracias a las pequeñas y medianas empresas”, y que para gestionar en la crisis, las empresas tiene que centrarse en lo básico: la cadena de valor (control de costes, gestión de cobros, cadenas comerciales, reducir nivel de endeudamiento, repensar estructura y la dimensión de la empresa), sin olvidarse de lo fundamental: posicionamiento de mercado, imagen de marca, calidad y satisfacción del cliente, innovación e internacionalización.
Por último, señala que uno de los temas fundamentales para la gestión en tiempos de crisis es el talento (“que es más que conocimiento”). A este respecto, afirma que “toda organización necesita un clima de confianza y esfuerzo, que propicie que los que en ella trabajan se sientan copartícipes del negocio, asuman iniciativas propias a riesgo, compartan un clima laboral adecuado, tomen parte activa en las decisiones, estén permanentemente alineados con los objetivos estratégicos, y consigan los objetivos propuestos y los resultados económicos”.
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