El ex ministro socialista de Economía Miguel Boyer aseguró ayer que no ve «políticamente sensato» afrontar ahora una reforma laboral, porque con ella no se crearán más empleos y se generará más inquietud social. «Ahora sería una provocación para sindicatos y trabajadores», aseguró, y propuso dejar los cambios para una segunda etapa de la crisis.
En declaraciones a los medios en el XX Encuentro Empresarial al Pirineu, en el que participó como ponente, también emplazó al Gobierno a aumentar y movilizar la inversión pública para compensar la falta de recursos de la iniciativa privada.
Por este motivo, Boyer defendió que España se endeude más, «queda margen por gastar», y deseó que el Gobierno lo utilice de forma inteligente, tras recordar que la actual ministra de Economía, Elena Salgado, ya trabaja en esta línea.
En contrapartida, el ex ministro rechazó la posibilidad de bajar impuestos y abogó por hacer todo lo posible, ya que, en su opinión, a España le «queda bastante por hacer» para salir de la crisis. Explicó que el Gobierno debe cuidar sectores clave, como la automoción, y trabajar para que el crédito llegue a empresas y familias porque, de momento, no se está reanudando.
En el mismo foro, que abrió ayer el presidente de la Generalitat, José Montilla, el profesor del IESE, Alfred Pastor, aseguró en declaraciones a la Cadena Ser que el ejecutivo de Zapatero no debe frenar esta reforma, sino que debe servir de ayuda para que se materialice. «No estamos hablando del libre despido», sostuvo.
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