La lucha contra el desempleo provocado por la crisis económica encabezará la agenda de la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se celebrará del 3 al 19 de junio en Ginebra, a la que asistirá el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.
El actual mandatario brasileño y el ex presidente argentino Néstor Kirchner (esposo de la actual presidenta Cristina Kirchner) participarán en la cumbre de la organización que se celebrará el 15 y 16 de junio y a la que también asistirá el presidente polaco, Lech Kaczynski.
La OIT pretende hacer oír su voz este año cuando acaba de «hacer sonar la alarma» en un informe publicado el jueves, en el que denunció que la crisis del empleo está tomando una dimensión social.
Según este último informe, el número de desempleados en el mundo crecerá de manera desigual en 2009, en un número de entre 39 y 59 millones de desempleados más en comparación a 2007.
Teniendo en cuenta la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de una contracción de la economía mundial de -1,3%, la OIT prevé un récord absoluto de desempleados en el mundo, entre 210 y 239 millones de personas sin empleo en todo en planeta, es decir, una tasa comprendida entre el 6,8 y el 7,4%.
Los antídotos para la crisis mundial del empleo estarán en el menú de esta 98ª Conferencia Internacional del Trabajo que reunirá a representantes de Gobiernos, empresarios y sindicatos de los 183 países miembros de la organización creada en 1919.
Para luchar contra esta tendencia que podría tener consecuencias a largo plazo, mucho más allá de la recuperación económica, la OIT urge a orientar socialmente los costosos planes de reactivación económica preparados por las economías de los países más ricos.
Para ello, su secretariado (la Oficina Internacional del Trabajo) ha elaborado un proyecto de ‘Pacto mundial por el empleo’ que se negociará durante la asamblea anual de la organización.
Aunque carece de medidas concretas, este pacto tiene como objetivo «colocar la creación de empleo y la protección social en el centro de las políticas de reactivación» con tal de «reducir el tiempo» entre la reactivación de la economía y la del empleo, explicó el fin de semana el director de la Oficina, Juan Somavia.
«Si no se toman rápidamente medidas audaces, la crisis del empleo persistirá más allá de la reanudación del crecimiento de la economía mundial», al menos entre seis y ocho años, advirtió.
«Las quiebras de empresas se multiplican a un ritmo desenfrenado» en todos los sectores, constató la OIT, subrayando que los países desarrollados deberán sumar más del 35% de los desempleados, cuando su mano de obra apenas constituye el 16% de los trabajadores en activo censados en el mundo.
Los países en desarrollo tampoco permanecerán inmunes, con un aumento de la pobreza y del empleo clandestino. Unos 200 millones de trabajadores pobres podrían entrar a formar parte de los grupos de población que viven con menos de dos dólares diarios, al tiempo que el desempleo entre los jóvenes debería crecer significativamente, del 12 al 15%.
Para la OIT, 2009 será el peor año «jamás registrado en términos de creación de empleo», sabiendo que el crecimiento demográfico implica la llegada anual de 45 millones de personas al mercado laboral.
Esta situación «comporta grandes riesgos para la estabilidad social y política del planeta», alerta la organización.
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