RRHH DIGITAL. La tasa de paro continuará registrando fuertes incrementos interanuales en el segundo y el tercer trimestre del año porque «no hay elementos que permitan suponer un cambio de tendencia», según el Indicador Laboral de Comunidades Autónomas (ILCA) que elaboran IESE y Adecco.
Así, el ILCA prevé que la tasa de desempleo española escale hasta el 19,7% al finalizar el tercer trimestre, porcentaje 8,3 puntos superior al de un año antes. En total, Adecco calcula que en septiembre habrá en España 4.620.000 parados, cifra que supondrá un nuevo máximo histórico.
En este sentido, Adecco resalta que en apenas dos años España ha pasado de tener la tasa de paro más baja de los últimos 28 años (un 8% en septiembre de 2007) a registrar la más elevada en dos décadas, siendo además la mayor tasa de todos los países de la UE y de la OCDE.
Adecco y el IESE estiman que en el tercer trimestre habrá dos millones de parados más respecto al año anterior y prevén que se destruyan 1.474.400 empleos en términos interanuales (-7,2%), encadenándose así cinco trimestres consecutivos de descensos anuales en la ocupación. Al concluir septiembre, el número de ocupados se situará en 18.871.900 personas, nivel similar al de la primera mitad de 2005.
Según el ILCA, en los próximos trimestres se continuará perdiendo empleo en ambos sexos después de que en el primer trimestre del ejercicio la destrucción de empleo alcanzara tanto a hombres como a mujeres, lo que no sucedía en España desde marzo de 1994. No obstante, han sido los varones los que se han llevado la peor parte, al concentrar cinco de cada seis empleos destruídos.
Adecco subraya que en la historia española y en tiempos de paz no se había registrado una caída de la ocupación masculina tan pronunciada como ésta. Así, señala que en lo transcurrido de la crisis económica, uno de cada diez hombres han perdido su empleo, de forma que el número de varones ocupados es ahora similar al que se tenía en el primer semestre de 2004.
En el segundo y tercer trimestre del año, el ritmo de caída del empleo masculino será similar al actual, pero se intensificará en el caso de las mujeres. Al finalizar septiembre, los ocupados varones se habrán reducido en más de un millón respecto a un año antes (-8,8%) y habrá 442.900 mujeres menos trabajando (-5,2%), siendo el recorte de mayor magnitud registrado por las estadísticas tanto en valores absolutos como relativos.
Adecco estima así que la tasa de paro femenina se situará en el tercer trimestre en el 20,4%, cifra 7,7 puntos superior a la del tercer trimestre de 2008 y la más elevada desde marzo de 1999.
En el informe, los autores resaltan que los cuatro últimos trimestres se han caracterizado por la convivencia de dos situaciones: destrucción de empleo en el sector privado y creación de puestos de trabajo en el público.
De hecho, explica Adecco, el número de asalariados del sector privado se ha reducido un 8,1% en el primer trimestre, «la mayor contracción en la historia española en tiempos de paz», a lo que hay que sumar la pérdida de más de 300.000 autónomos. De este modo, en el último año se han perdido casi 1,5 millones de empleos en el sector privado.
El sector público ha ayudado a aliviar estas pérdidas, aunque de forma moderada. Adecco calcula que uno de cada diez empleos destruídos en el sector privado ha sido compensado por contrataciones del sector público, cuyo número de asalariados ha aumentado en 156.300 personas (+5,4%), el mayor incremento de los últimos seis años.
Actualmente, el 15,9% de los ocupados en España trabaja en el sector público, porcentaje que hace un año era del 14,1%, siendo la actual proporción de asalariados públicos la más elevada desde septiembre de 1999. Así, mientras el número de asalariados del sector privado es casi igual al de hace tres años (12.813.500), el sector público muestra un pico máximo de ocupación de 3.029.000 asalariados.
Para Adecco, el hecho de que el sector público esté contribuyendo a paliar la crisis sobre el empleo incrementando sus plantillas no es algo exactamente positivo, pues el mayor número de empleados públicos implica que su sostenimiento, pagado con impuestos del sector privado, «sea más oneroso y negativo justamente en momentos de dificultad económica».
Los comentarios están cerrados.