La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, calificó hoy de «magnífica noticia» el acuerdo alcanzado la víspera por los grupos parlamentarios de CiU y PSOE en el Congreso de los Diputados de cara a ampliar de 15 días a cuatro semanas el permiso de paternidad en los casos de nacimiento, acogida o adopción, y aseguró que los padres «están cansados de ser papás de fin de semana».
La titular de Igualdad cree que esta medida, que entrará previsiblemente en vigor a partir del 1 de enero de 2011, servirá para «avanzar de verdad en conciliación y corresponsabilidad» y que iguala a hombres y mujeres, incidiendo de manera positiva en el ámbito laboral de cara a las mujeres para ser «menos discriminadas».
«La Ley de Igualdad supera el concepto de conciliación para hablar de corresponsabilidad, compartir los espacios público y privado por parte de las mujeres y los hombres. Yo creo que los papás están cansados de ser papás de fin de semana, es muy importante que podamos compartir esta tarea y demuestra que avanzar en igualdad nos beneficia a todos, a mujeres y hombres», declaró en entrevista a Antena 3 recogida por Europa Press.
Esta iniciativa de los grupos parlamentarios acortará los plazos previstos por el Gobierno en la Ley de Igualdad para ampliar este permiso, ya que la norma contemplaba alagarlo a cuatro semanas de forma progresiva en los próximos cinco años.
«Estoy muy feliz. Es además una de las propuestas más avanzadas de toda Europa», señaló Aído, quien deseó un apoyo de todos los grupos en la «votación definitiva» en la Comisión de Igualdad el próximo 18 de junio, donde se deberá materializar este acuerdo entre el PSOE y CiU.
«PROTECCIÓN DE LA VIDA PRENATAL»
Preguntada acerca de si se arrepiente de haber dicho que un feto de trece semanas no es un ser humano, la ministra reiteró que se basaba en un manifiesto suscrito por casi 2.000 personas del ámbito científico, pero que ya ha dicho que «lamentaba» haber entrado en este debate porque no le «corresponde» y porque «lo que realmente importa es el anteproyecto de Ley (sobre el aborto) recoge la protección de la vida prenatal».
La ministra de Igualdad calificó este anteproyecto de «equilibrado» e incidió en que respeta los derechos de las mujeres a la vez que protege la vida prenatal e hizo hincapié en que se equipara a los del resto de países europeos y en que ofrece garantías jurídicas a las mujeres y a los profesionales, por lo que «es mucho mejor la ley a la que vamos que la que tenemos».
Aído descartó que el momento de presentación del anteproyecto en Consejo de Ministros antes de unas elecciones europeas sea inoportuno por el debate generado y sostuvo que lo importante era «cumplir plazos» tras ocho meses de trabajo «muy transparente», ya que ella misma había anunciado que este texto estaría «antes de verano». «Ahora está en fase de consulta con los distintos organismos que tienen que elevar sus informes preceptivos», explicó, aunque reconoció que «la campaña electoral enrarece muchos de los debates».
Finalmente, sobre si descarta que en la tramitación parlamentaria se pueda modificar el texto para que las menores de 16 años no puedan abortar sin el consentimiento paterno o del tutor, la ministra respondió que «lo más importante de la ley es aquello en lo que menos énfasis se está haciendo», el bloque de medidas en el ámbito sanitario, social, educativo de salud sexual y reproductiva para lograr el objetivo de reducir el número de embarazos no deseados y el número de abortos».
«Damos a todas estas medidas rango de ley y obligamos al Gobierno a que cada cinco años desarrolle una estrategia de salud sexual y reproductiva en colaboración de las comunidades autónomas, de las sociedades científicas y de las organizaciones sociales. Eso es lo más innovador de este anteproyecto de ley», aseveró.
Además, respaldó la idea de que las menores de 16 años puedan abortar sin consentimiento de padre o tutor en ser la excepción de la Ley de Autonomía del Paciente de 2002, aunque evitó poner ejemplos tras sus declaraciones de esta semana acerca de que las menores pueden «ponerse tetas» sin permiso de sus progenitores.
«Claro que lo razonable y lo deseable es que si una joven tiene que tomar una decisión de esas características lo haga acompañada de su círculo de confianza, de la gente a la quiere, pero sobre la confianza no podemos legislar; la confianza se gana», dijo.
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