La plantilla de la multinacional Cadbury aceptó ayer de forma mayoritaria las condiciones preacordadas la semana pasada por el comité de empresa para el cierre de la planta de chicles Trident en El Prat de Llobregat (Barcelona), lo que supondrá el despido de 156 trabajadores y el traslado de la producción a Polonia.
El 81% de la plantilla votó a favor de este pacto, que prevé prejubilaciones para una cincuentena de trabajadores a partir de los 50 años e indemnizaciones de 60 días por año con un máximo de 42 mensualidades y un mínimo de 25.000 euros que percibirán todos los despedidos.
Asimismo, la multinacional se compromete a la contratación de una empresa de recolocación que en un máximo de dos años prevé haber encontrado un nuevo empleo para, al menos, el 75% de la plantilla.
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