RRHH Digital. Los datos de Contabilidad Nacional referentes al primer trimestre del año (la economía cae un 3% en términos interanuales) muestran la grave situación en la que se encuentra España. Esto se produce, sobre todo, por la caída de la demanda nacional, lo que ha provocado una paralización en la actividad en todas sus ramas, con consecuencias nefastas para el empleo. Este comportamiento negativo de la economía se repite y acrecienta en países de nuestro entorno (el PIB agregado de la Eurozona ha caído un 4,6% y el de la UE un 4,4%, además, Alemania, Italia, Reino Unido y Francia registran perores caídas que la de nuestra economía). UGT considera fundamental mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, para reactivar el consumo; despertar al sistema financiero de su actual letargo, para que los flujos del crédito lleguen a familias y empresas; y abordar, sin más demoras, el cambio de nuestro modelo productivo, en el marco del diálogo social.
Asimismo, el sindicato recuerda que es preciso, en el corto plazo, mejorar la protección de los trabajadores en paro, fomentar las políticas activas de empleo y celebrar una Conferencia sobre Empleo e Industria en la que participen el Gobierno y las distintas Comunidades Autónomas.
Según los datos dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística, la economía española ha registrado una caída del 3% en términos interanuales, dos puntos con tres décimas menos que el trimestre anterior. En términos intertrimestrales, la caída ha sido del 1,9%, registro nueve décimas inferior a del cuarto trimestre de 2008. Con éste ya son dos periodos con tasas interanuales negativas, tres si tenemos en cuenta las intertrimestrales.
Por el lado de la demanda podemos observar el desplome de la demanda nacional que intensifica su contracción pasando de caer un 3% a hacerlo un 5,3% en términos interanuales. Estos registros tan negativos son debidos a la mayor contracción del gasto en el consumo final de los hogares (-4,1%), lógica si tenemos en cuenta la fuerte reducción de renta disponible de éstos, y sobre todo al comportamiento de la formación bruta de capital fijo, que cae tanto en bienes de equipo (-18,6%) como en construcción (-12,4). El gasto en consumo final de las Administraciones Públicas se desacelera en el primer trimestre, pasando del 6,3% al 5,4%, aunque se mantiene en valores positivos.
La demanda exterior tiene, un trimestre más, una aportación positiva al crecimiento agregado al aumentar un 2,3%. Ello es debido a que pese a que tanto las importaciones como las exportaciones aceleran su contracción durante este periodo, en el caso de las primeras ésta es mayor, llegando a alcanzar el -22,3%, frente al -19% de las segundas.
Si observamos el comportamiento de la economía por el lado de la oferta, nos encontramos con que excepto las ramas primarias, todas las ramas de actividad a nivel agregado registran crecimientos más negativos que en el trimestre anterior. Las ramas industriales intensifican su caída hasta el -11,0%, registrando los peores resultados la industria de bienes de consumo duradero y la de bienes de capital. Las ramas energéticas han presentando por vez primera tasas negativas, cayendo éste trimestre un 5,7%. La construcción ha estabilizado su caída al mantenerse en el -8,0% y los servicios caen dos puntos pasando con ello de tasas positivas a contraerse un 0,6%. Las ramas primarias son las únicas que registran mejores resultados que en el trimestre anterior, aunque se mantienen en tasas negativas.
El empleo, que la Contabilidad Nacional se mide en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, se reduce en el primer trimestre de 2009 un 6%, contracción casi tres puntos mayor que la registrada un trimestre antes. Este resultado supone la destrucción de más de un millón de empleos en un año. Todas las ramas de actividad de mercado presentan crecimiento negativo, siendo las dedicadas a la construcción en la que se produce mayor contracción. La productividad aparente del factor trabajo gana seis décimas y se sitúa, en términos interanuales, con un 3,1%.
La distribución primaria de las rentas muestra una caída del 2,1% de la remuneración de los asalariados, como consecuencia de la reducción del empleo asalariado y la desaceleración de la remuneración media. Esto provoca una caída del coste laboral unitario que baja un punto y ocho décimas hasta el 0,8%, manteniéndose cinco décimas por debajo del deflactor implícito de la economía. El excedente bruto de explotación, pese a caer más de tres puntos en el último trimestre, continúa con tasas de crecimiento positivas, registrando en este caso un 1,6%. Es además el componente que más contribuye al crecimiento del deflactor implícito del PIB, aportando 2 puntos, muy por encima de los 0,4 que contribuye la remuneración de los asalariados.
El deflactor modera su crecimiento cayendo 1,2 puntos hasta situarse en el 1,3%.
Estos datos muestran la grave situación en la que se encuentra la economía española. La fuerte contracción de ésta es consecuencia de la fuerte caída que ha experimentado la demanda nacional que ha provocado la paralización de la actividad en todas sus ramas, (registrando éstas caídas importantes) con consecuencias nefastas para el empleo en nuestro país.
Los países de nuestro entorno se encuentran en una situación análoga a la nuestra, sufriendo todos importantes caídas en sus niveles de actividad. El PIB agregado de la Eurozona ha caído un 4,6% y el de la Unión Europea un 4,4%. Ninguna de las previsiones que se venían efectuando hasta la fecha mostraba un deterioro tan fuerte de la economía como el que estamos sufriendo. Si observamos lo que ocurre en los países de nuestro entorno, nos encontramos con que Alemania, la mayor economía europea, sufre una contracción del 6,9%, Italia del 5,9%, Reino Unido del 4,9% y Francia del 3,2%. Todos ellos, por lo tanto, registran peores caídas que la nuestra, si bien en ningún caso tienen las consecuencias sobre el mercado de trabajo que sí hay en nuestro país, donde la destrucción de empleo es el efecto más dramático de la crisis.
Se observa que el fuerte deterioro de la actividad tiene su base en la caída espectacular del consumo, por lo que es fundamental mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, no entendiéndose, por lo tanto, a los que defienden una reducción de los salarios, que a lo único que nos puede llevar es a un mayor deterioro de la economía. Para la reactivación del consumo es necesario también que los flujos del crédito lleguen a familias y empresas. Se ha ayudado en gran medida y de forma clara al sector financiero, por lo que éste tiene que desarrollar su actividad con normalidad y no puede constituir un obstáculo que ponga en peligro la supervivencia de un gran número de empresas y de familias. Todos los canales existentes de ayuda deben de ser puestos a trabajar de manera inmediata ya que el actual letargo del sistema financiero provoca la total parálisis de la economía real, que sufren en toda su extensión los trabajadores.
UGT valora positivamente la propuesta del Presidente del Gobierno para la negociación de un acuerdo entre sindicatos, empresarios y Comunidades Autónomas que sirva para avanzar en la elaboración de un nuevo modelo productivo. La transformación de este modelo se torna urgente ante el cada vez más visible agotamiento del modelo anterior, basado en la construcción y especulación, y que es en gran medida una de las causas que nos han llevado a la difícil situación actual. El nuevo modelo debe estar constituido por una sólida base industrial, basada en la tecnología y generadora de empleo con alto valor añadido. Este planteamiento está en línea con una de las principales exigencias que desde UGT venimos haciendo: la necesidad urgente de celebrar una Conferencia sobre Empleo e Industria, en la que participen el Gobierno y los presidentes de las distintas Comunidades Autónomas, y donde se establezcan las medidas que necesita el país para reactivar nuestra economía y detener la fuerte destrucción de empleo que estamos sufriendo.
Desde UGT, consideran que las reformas que realmente necesita nuestro país son las que tienen que ver con la educación, la innovación y el mayor protagonismo de políticas industriales, energéticas y medioambientales. Consideramos que en ningún caso es necesario reformar del mercado de trabajo ya que lo que se pretende con ello es llegar al despido libre y a la precarización de las condiciones de trabajo de nuestros trabajadores.
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