Unos 20.000 trabajadores checos y procedentes de otros países de la Unión Europea se manifestaron ayer en Praga, convocados por los sindicatos europeos, en contra de lo que denunciaron como deterioro de los derechos de los trabajadores a manos de los gobiernos y los empresarios que utilizan la crisis como excusa.
Los manifestantes se concentraron ante el Castillo de Praga, sede de la presidencia de turno checa de la UE acompañados por cientos de sindicalistas desplazados principalmente desde Alemania y Polonia.
A nivel local, los checos protestaron concretamente contra los planes del Gobierno de Praga de liberalizar el mercado laboral facilitando la contratación y el despido a pesar de que se trata de un gobierno provisional nombrado por el presidente Vaclav Klaus para superar la crisis política que ha terminado con la convocatoria de elecciones anticipadas para octubre.
«Estamos aquí para garantizar que los empresarios no se aprovechen de la crisis para rebajar las condiciones de contratación», afirmó una representante de un sindicato sanitario, Ivana Brnekova, en declaraciones a la web informativa www.idnes.cz.
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