RRHH Digital. La Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos (AERCE) urge a alcanzar un acuerdo de amplio alcance para que el actual marco legal que establece el plazo máximo de pago a proveedores en 30 días sea de obligado cumplimiento. A pesar de contar con una ley que así lo establece, su incumplimiento generalizado está dibujando uno de los rasgos más característicos de la actual crisis económica en nuestro país.
Según los datos de AERCE, en España el plazo medio de pago a proveedores está superando los 90 días, muy por encima de los mercados de nuestro entorno. La situación es todavía peor en determinados sectores; así, el sector de construcción se aproxima más a una media de 210 días; el de distribución, a 180 días, y determinadas administraciones públicas están superando el año. La extensión a toda la cadena de suministro de esta práctica está provocando un encarecimiento de los productos y una grave pérdida de competitividad frente a otros mercados europeos.
AERCE celebró una “cumbre de compradores” en la que más de 200 directivos de empresas españolas se reunieron en Barcelona para abordar el papel de la gestión de compras dentro de las empresas, en la primera gran crisis global de la economía. En la reunión se analizaron las soluciones dinámicas para las compras en el contexto económico actual y se propondrán algunas de las claves estratégicas que desde este departamento se deben aportar a la dirección empresarial para gestionar la crisis.
El peso creciente de la función de compras dentro de las empresas ha ganado protagonismo en los últimos años pero, de manera especial, en los momentos actuales. Según explica Juan José Jiménez, Presidente de AERCE, “a medida que la crisis económica se ha ido extendiendo a todos los sectores de actividad y las empresas han reducido sus ventas, la dirección general está otorgando un papel cada vez más relevante a la gestión de compras para compensar, mediante la gestión de los costes y los gastos, la caída de los ingresos”.
Según un estudio de AERCE sobre datos de la CNMV, las 116 empresas que cotizan en la bolsa española (excluyendo las de servicios financieros) dedican a Compras 235.432 millones de euros, cantidad equivalente al 25% del PIB español. La adquisición de bienes y servicios dentro de una empresa es el factor de más peso en la formación de costes de una compañía, muy por encima de los gastos fiscales o los gastos de personal. Las compras suponen, de media, el 75% del gasto total de las empresas, es decir, tres de cada cuatro euros del gasto total es para la adquisición de bienes, servicios o materias primas, entre otros.
Esto explica el cambio tan radical que se ha producido en una sola década: “Hace apenas diez años -explica Juan José Jiménez- sólo podíamos mencionar un par de casos de grandes empresas españolas que contaban con un alto directivo responsable de un departamento centralizado de Compras. Hoy, casi el 90% de las empresas del Ibex 35 tiene un director corporativo de Compras que forma parte del primer nivel del staff directivo de estas grandes compañías”.
Esta tendencia está siendo ya asumida por las empresas de menor tamaño, incluso las PYMES: la pérdida de eficiencia y competitividad del modelo descentralizado –en el que cada área se responsabiliza de comprar—es demasiado alta y las empresas acaban delegando esta tarea en departamentos únicos a cargo de profesionales especializados. Una tendencia que se ha visto acelerada por la globalización: la apertura de fronteras comerciales ofrece más oportunidades, pero exige una mayor preparación y recursos para elegir al proveedor más competitivo en un mercado global, contratar el producto adecuado, al mejor precio y garantizando el envío en el momento preciso.
Los datos del estudio de AERCE de monitorización de compras de las empresas cotizadas en la bolsa española durante los últimos diez años son concluyentes a la hora de cuantificar la aportación de Compras a la rentabilidad y competitividad de la empresa: una reducción del gasto del 5% en Compras implica un alza directa en los beneficios operativos del 32,5%.
Uso desmedido de los EREs.
En la preocupación de todas las empresas por reducir sus costes y afrontar procesos de reestructuración, AERCE propone un cambio de foco: actuar sobre los costes laborales no puede ser la única medida. La generalizada puesta en marcha de EREs (expedientes de regulación de empleo) en los momentos actuales como primera y a veces única actuación para la reestructuración de costes está resultando excesiva. En España, los costes salariales suponen sólo una media del 13% del total de gastos de las empresas, cuando las compras y aprovisionamientos alcanzan el 75%. Recortar empleo tendrá siempre un margen de actuación limitado a ese 13% del total de los gastos pero, además del enorme coste social que implica, está mermando la capacidad de generar valor añadido interno por parte de las empresas.
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