RRHH Digital. Un 30% de las empresas analizadas del Ibex 35 ofrece nuevos modelos de organización de trabajo. Estos nuevos modelos se están implantando, aunque lentamente, en la realidad española. Ésta es una de las principales conclusiones que se desprenden del informe elaborado por IE University y la consultora de relaciones públicas Kreab Gavin Anderson, titulado “Nuevos modelos de organización del trabajo en las empresas del Ibex 35”.
El estudio, realizado en base a las respuestas obtenidas de 20 empresas pertenecientes al Ibex 35, ha sido coordinado y presentado por la decana de IE School of Psychology, Cristina Simón.
Una de las primeras conclusiones es que un 70% de las empresas encuestadas ofrece contrataciones a tiempo parcial. Los porcentajes de trabajadores acogidos a este esquema son, sin embargo, pequeños –salvando los sectores que son tradicionalmente intensivos en esta modalidad, como Distribución.
A pesar de que algunos estudios apuntan a que las empresas valoran de la misma forma a los trabajadores a tiempo parcial que a aquellos con contrato a tiempo completo –en términos de motivación y perspectivas de carrera[1]-, parece haber una resistencia por parte de los trabajadores a acogerse o solicitar este tipo de esquemas. El dato de contratos a tiempo parcial en España (22,7% en mujeres, 3,9% en hombres en 2007) contrasta vivamente con la media europea (34,8% mujeres, 6,9% hombres). Para Cristina Simón “la interpretación de la bondad de este tipo de contratos, sin embargo, varía notablemente entre los distintos agentes sociales (empresarios, trabajadores, sindicatos), con lo cual no es esperable que su implantación alcance la media europea en el corto plazo”.
El informe revela que la segunda modalidad más extendida en las empresas que han contestado el cuestionario en la de teletrabajo. El 45% de las empresas ofertan diferentes opciones de teletrabajo, siendo mayoritariamente éste de tipo ocasional (en el 55% de los casos, los empleados pueden elegir trabajar algún día sin acudir a la oficina). El 22% de las empresas –ninguna de ellas pertenece al sector tecnológico- ofrecen la posibilidad de trabajo virtual o teletrabajo permanente, sin asignación de puesto físico en la oficina.“El tránsito de teletrabajo ocasional a trabajo virtual supone un verdadero salto cualitativo en términos de organización para la empresa, que debe organizar sus procesos operativos y de gestión sobre nuevos parámetros que no exigen permanencia ni cercanía física con respecto a jefes y supervisores”, en opinión de Cristina Simón.
Los grupos de empleados que tienen mayores opciones de acceso a teletrabajo y trabajo virtual son los técnicos, seguidos de los gestores. Ambos colectivos se caracterizan por estar dotados de un mayor grado de autonomía en la organización de su trabajo. Sin embargo, encontramos también casos de empresas que ofrecen este tipo de esquemas ‘diferentes’ a otros colectivos, como administrativos u operarios.
Las empresas encuestadas también aportan datos sobre la implantación de algunos esquemas de organización temporal menos conocidos, como las semanas comprimidas (15% de las compañías). Este modelo permite la concentración de la jornada laboral semanal en 4 días, y aporta un valor añadido a los más extendidos horarios flexibles, ya que implica eliminar los gastos correspondientes a tiempos de desplazamiento, combustibles, etc.
Una extensión del esquema anterior que proporciona aún más autonomía respecto a la organización del trabajo son las cuentas de horas de trabajo, que reportan ofrecer el 35% de las compañías encuestadas. Para Simón, “las cuentas de tiempo son una opción de flexibilidad tanto para el empleado como para la compañía, ya que a través de las negociaciones correspondientes se pueden gestionar las horas extras debidas a picos de trabajo de forma cómoda para el trabajador”. Es ésta una modalidad de trabajo muy abierta, como lo demuestra la diversidad de sectores de las empresas que lo adoptan (banca, infraestructuras, eléctricas) y los diferentes grupos de empleados que pueden acceder a ella.
Los modelos de flexibilidad orientada al empleado, llevando al extremo la búsqueda de autonomía por parte del empleado, han acuñado el concepto de ‘trabajador sin barreras’ o free-lance, definiendo a un profesional que elige trabajar de forma independiente en función del interés o relevancia de los proyectos, en contraposición directa a la relación tradicional de empleo. El informe revela que dadas las limitaciones de este concepto (en tanto que se refiere a empleo cualificado bajo condiciones de mercado laboral lejanas a nuestra realidad actual), tan sólo el 6 empresas reporta mantener este tipo de relación, que se establece en base a la prestación de servicios.
Según el informe, la razón más argumentada por parte de las empresas para no ofrecer o extender estas opciones es la escasa adecuación de la naturaleza de los puestos de trabajo (según un 60% de las empresas encuestadas). Según Cristina Simón “es cierto que la implantación de este tipo de esquemas supone una revisión de los modelos organizativos y de gestión que se han mantenido en el mundo de las organizaciones durante los últimos 50 años –en este sentido, una empresa manifiesta que estos esquemas ‘generan rechazo entre los directivos’. Sin embargo, la realidad de la evolución social va imponiendo poco a poco estos nuevos esquemas de trabajo en las compañías, en lo que podríamos llamar una evolución lenta pero imparable”.
Los comentarios están cerrados.