La plantilla de la multinacional Cadbury anunció ayer la desconvocatoria de movilizaciones para mañana y el viernes en Barcelona para «facilitar el diálogo» con la empresa, que el 31 de marzo anuncio el cierre de su factoría de chicles ‘Trident’ de El Prat de Llobregat (Barcelona) y el despido de 156 trabajadores.
A pesar de esta rebaja en el número de despidos –inicialmente se habló de 174– no hubo acuerdo en la reunión de ayer con la dirección. No obstante, el comité acordó «como acto de buena fe» no realizar los paros previstos para mañana y mantuvo la huelga de 24 horas para el 14 de mayo.
Fuentes de UGT de Cataluña reiteraron su oposición al cierre de la factoría catalana, y advirtieron de que no permitirán «una deslocalización clara» de Trident, puesto que la compañía ya anunció su intención de trasladar la producción a Polonia.
«El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) todavía no está presentado, puesto que no hay ninguna causa que lo justifique», señalaron, y exigieron a Cadbury que presente un plan de viabilidad «en condiciones» para El Prat.
Esta mañana, más de un centenar de trabajadores se concentraron ayer frente al Parlamento de Cataluña y se reunieron con representantes de los tres partidos del Gobierno catalán para explicarles su situación.
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