Decenas de delegados de los sindicatos UGT, CC.OO. y LAB y trabajadores de residencias de mayores de Gipuzkoa se concentraron ayer en Errenteria (Gipuzkoa) para exigir la negociación del convenio provincial de este sector, que afecta a unos 3.000 empleados, en su mayoría mujeres, y denunciar la actitud de la Diputación que «no se preocupa lo más mínimo» por este conflicto y que ante las solicitudes de reuniones para buscar soluciones ha dado «una callada por respuesta».
Tras la concentración, que tuvo lugar a partir de las seis y media de la tarde en la Alameda de Errenteria el secretario general de CC.OO. Euskadi en las comarcas de San Sebastián, Oria y Bajo Goierri, José Mari Diez, anunció que su sindicato, LAB y CC.OO. volverán a manifestarse y concentrarse el próximo martes en San Sebastián.
Según indicó, a partir de las 18.30 horas tendrá lugar una manifestación, que partirá del Alderdi Eder donostiarra y tras recorrer el centro de la ciudad concluirá con una concentración frente al Palacio foral, en la plaza Gipuzkoa, para protestar por la actitud que, «incomprensiblemente», está manteniendo la Diputación respecto al bloqueo de la negociación del convenio de residencias de mayores de Gipuzkoa, que afecta a unos 3.000 trabajadores, en su mayoría mujeres.
El sindicalista explicó que con este calendario de movilizaciones, que comenzó el 24 de abril, los convocantes pretenden «crear un clima lo suficientemente tranquilo y sosegado» para «volver a la negociación» del convenio, aunque todo apunta a que «ni la patronal, ni la institución foral, están por la labor».
A juicio de Diez, «la actitud de la patronal se puede entender, pero no la de la institución foral» que se «no se preocupa, lo más mínimo» por esta cuestión, a pesar de que UGT, CC.OO. y LAB «le han solicitado reuniones para tratar esta cuestión y analizar una posible solución». «Nos han dado la callada por respuesta», censuró.
«DESENTENDERSE»
Tras recordar que cuando se firmó el primer convenio provincial del sector, que venció el pasado mes de diciembre, la institución foral «puso todo el interés del mundo» en que «saliera adelante y bien», para que pudiera así «privatizar» el servicio que hasta entonces era «público», y luego «desentenderse de él completamente», denunció que ahora las empresas «dicen que con los márgenes que les quedan, de lo que les da la institución foral por cada interno, no les da más que para subir los salarios, poco más de la inflación, un 1,4 por ciento».
Además, a ello añadió que en lo que respecta a la reducción de jornadas la dirección de los centros «no quieren saber nada», al igual que «el descanso del bocadillo, que no lo consideran, y que corre a cuenta de las trabajadoras». Frente a todo ello, instó a retomar las negociaciones, que la patronal después de seis meses «abandonó» el pasado mes de marzo.
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