Teresa Tambunting, una mujer de 50 años, casada y con dos hijos, es la presunta minuciosa ladrona de más de 230 kilos de oro que, a pesar de haber confesado el desfalco, se enfrenta a una pena que puede llegar a ser de hasta 25 años de cárcel. Trabajaba como jefa de operaciones en la joyería Jacmel de Queens (Nueva York). Su sueldo superaba los 165.000 dólares anuales (120.000 euros) y en seis años ha robado 230 kilos de oro, un tesoro valorado en más de 12 millones de dólares (9 millones de euros).
La joyería no se percató del robo de oro hasta el inventario, a primeros de año. Fue entonces cuando se abrió una investigación interna, y poco después Teresa Tambunting apareció con una maleta que pesaba 35 kilos y que tuvo que arrastrar con la ayuda de un empleado. Una semana después apareció con otra. «Confesó que había estado robando durante un tiempo», informó el presidente de Jacmel, Jack Rahmey.
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