El grupo estadounidense General Motors recortará entre 7.000 y 8.000 empleos adicionales, con lo que reducirá su plantilla en 23.000 trabajadores de sus factorías entre 2008 y 2012, período en el que cerrará además 16 fábricas en Norteamérica y prescindirá de cuatro de sus marcas.
La multinacional ha actualizado el plan de viabilidad en el que trabaja y que debe recibir el visto bueno de la Administración Obama antes del próximo 1 de junio, con el fin de evitar la suspensión de pagos del primer fabricante de automóviles de Norteamérica.
La nueva propuesta de la compañía revisa profundamente los objetivos establecidos en el plan inicial de reestructuración que presentó el pasado mes de febrero, y establece entre sus metas una reducción de los costes estructurales del 25% entre 2008 y 2010, hasta 23.200 millones de dólares (17.700 millones de euros).
«Estamos tomando medidas duras, pero necesarias para la viabilidad de General Motors a largo plazo», expuso el presidente de General Motors, Fritz Henderson. «Nuestra responsabilidad está clara (…) y haremos todo lo posible para mitigar el efecto de estas acciones en nuestros empleados, concesionarios, sindicatos, proveedores, accionistas y en las comunidades», añadió Henderson.
El máximo responsable del grupo insistió en que el nuevo plan de viabilidad recoge las indicaciones del presidente Obama y del Departamento del Tesoro, a quienes agradeció su apoyo. A su juicio, estas medidas harán que el modelo de negocio de General Motors sea más fuerte y ligero al mismo tiempo.
PRESCINDE DE CUATRO MARCAS
Para empezar, General Motors se centrará en cuatro marcas para su actividad en Norteamérica: Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC. De esta forma, Pontiac desaparecerá a finales de 2010, mientras que Saab, Saturn y Hummer tendrán su propia solución antes de que termine este año.
En cuanto a la red comercial en Estados Unidos, el número de concesionarios se reducirá un 42% entre 2008 y 2010, pasando de 6.246 a 3.605 centros. General Motors asume que su cuota de mercado caerá este año hasta el 19,5% y se estabilizará entre el 18,4% y el 18,9% en los próximos ejercicios, como consecuencia de la menor demanda y de la consolidación de marcas y concesionarios.
De esta forma, General Motors reformula sus propuestas ante un nuevo escenario. La empresa se prepara para lo peor y asegura que será capaz de alcanzar el equilibrio en sus cuentas en Norteamérica con un mercado total de diez millones de vehículos en Estados Unidos, lejos del volumen de entre 15 y 17 millones de unidades registrado desde 1995 hasta 2007.
La consecución de estos objetivos pasa por unas severas medidas para reducir costes, entre las que figura la eliminación de 23.000 empleos en sus fábricas entre 2008 y 2011, el cierre de 16 plantas (de 47 a 31) en el mismo período y la reducción de los costes laborales en un 34% en el trienio comprendido entre 2008 y 2010. Con todo ello, los costes estructurales deberían reducirse en 7.600 millones de dólares (5.800 millones de euros), un 25%.
DEUDA
Además, el grupo apuesta por reforzar su balance y su posición de liquidez. Para ello, realizará una emisión de bonos convertibles en acciones por un importe de 27.000 millones de dólares (20.600 millones de euros), modificará los términos del acuerdo con sus empleados sobre prestaciones sociales y sanitarias (VEBA) y solicitará autorización al Tesoro para convertir deuda en acciones. Todas estas medidas se traducirán en una reducción de la deuda en 44.000 millones de dólares (33.600 millones de euros).
La empresa no tiene previsto frenar su apuesta por los futuros productos y las nuevas tecnologías, a las que destinará este año 5.400 millones de dólares (4.120 millones de euros), y entre 5.300 y 6.700 millones de dólares (entre 4.000 y 5.100 millones de euros) desde 2010 hasta 2014.
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