El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, respondió ayer al presidente de la factoría de Martorell (Barcelona), Erich Schmitt, advirtiendo de que los trabajadores no harán más sacrificios de sus condiciones salariales y laborales, tal y como sugirió el miércoles la dirección para garantizar la competitividad de la planta catalana a nivel internacional.
Carnero apuntó a que, de cara a la negociación del convenio, el referéndum de la plantilla por el que se aceptó la congelación salarial de un año es un mínimo a partir del cual el comité «no aceptará rebajas». «A partir de ahí, todo lo que sea mejorar en el convenio, lo aceptaremos; nada que quede por debajo», añadió.
Schmitt recordó el miércoles en rueda de prensa tras la confirmar la adjudicación del Audi Q3 a Catalunya que a medio plazo serían necesarias «medidas adicionales» para que Martorell pueda competir a nivel de costes con otras factorías del consorcio Volkswagen, como la de Bratislava (Eslovaquia).
«Las medidas adicionales que se nos piden ya están hechas, hay una congelación de sueldos en pactada», insistió, y apuntó a que UGT sí que planteará una mejora en las categorías más bajas de los empleados que no llegan a los 1.000 euros.
Asimismo, explicó que estarán abiertos a tratar aspectos como la productividad, el absentismo laboral y la paga de incentivos ligada a resultados y objetivos, pero negó que haya margen para aplicar más flexibilidad en la factoría.
Para Carnero, el nuevo convenio para Martorell debería estar pactado en un plazo de dos meses. La negociación, partiendo de la congelación salarial de un año acordada, se iniciará próximamente.
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