Celestino Corbacho, ministro de Trabajo e Inmigración, apostó hoy por que las prejubilaciones sean «la excepción y no la regla», y por que la edad media de jubilación, que ahora se sitúa en los 63 años, se eleve a 65 años, principalmente ajustándola desde abajo.
Así lo manifestó el ministro durante su intervención en el ‘IX Seminario Europeo sobre el Empleo’ organizado en Gijón por la Asociación de Periodistas Europeos.
Corbacho señaló que en los últimos años se ha «universalizado» la idea de que a partir de los 52 años la gente puede prejubilarse. Así, en relación con el debate abierto sobre la sostenibilidad de la Seguridad Social y la posibilidad de ampliar la edad de jubilación, el ministro comentó que si ésta no se ajusta, se corre el riesgo de alejarse de la edad de jubilación por ambos lados, con prejubilaciones cada vez más tempranas y posponiendo la edad de jubilación.
Además, recordó que actualmente ya se puede ampliar la edad de jubilación en algunas actividades o profesiones y que cuenta con incentivos, aunque también reconoció que en otras, de carácter más físico, no es imaginable su ejercicio por encima de los 65 años.
En relación con el presente y futuro de la Seguridad Social, Corbacho dijo que su presente «está bien», con una previsión de acabar el año con un 0,4% de superávit, con unos 4.000 millones de euros.
Respecto a su futuro añadió que «en la Seguridad Social y en todo habrá que hacer reformas», ya que entiende que «la sociedad de 2025 no puede ser mimética a la de hoy», aunque incidió en «dar seguridad».
FRENAR LA DESTRUCCIÓN DE EMPLEO, PRIORITARIO.
Celestino Corbacho centró su ponencia en las dificultades derivadas de la crisis económica y señaló que «mientras el paro siga aumentando, el drama sigue aumentando», por lo que resaltó que la prioridad es «frenar la pérdida de empleo» y fomentar la «confianza».
«Estamos en la primera crisis global de la historia. El miedo nos puede paralizar como individuos y como sociedad, por lo que necesitamos transparencia en la información pero rehuir de los análisis catastrofistas», apuntilló el ministro, para quien de esta crisis global hay que «salir globalmente» con medidas acordadas internacionalmente. «No es el fracaso del mercado pero tampoco su éxito», dijo en relación a la crisis, por lo que abogó por «medidas de regulación y control».
Para Corbacho, la crisis «está en un determinado modelo de la globalización pero también que en un modelo que pertenece a una ideología que ensalzó que la felicidad estaba en el mercado y que cuanto menos norma y menos gobierno mejor». «Ahora se demuestra que ese modelo no nos ha llevado a la felicidad prometida», apuntilló.
Así, el ministró afirmó que «habrá un antes y un después de la crisis». «Pero no quiere decir que vaya a ser peor, en especial si todos remamos en el mismo camino, empresarios, sindicatos, trabajadores, gobierno, partidos políticos, ayuntamientos y CCAA, con una apuesta decidida por el diálogo social y con el compromiso por parte de los miembros que lo integran», argumentó.
En este sentido, Corbacho remarcó que el Gobierno «no va a negociar fuera del diálogo social» en el ámbito laboral. Según el ministro de Trabajo e Inmigración, será el diálogo social el marco que permitirá trabajar para salir de la crisis cuanto antes con un empleo estable y de más calidad, aprendiendo la lección sobre el patrón de crecimiento que se ha tenido hasta el momento.
Finalmente, reseñó que se vive con unos intereses y una política «cortoplacista», ya que a todos les preocupan sus necesidades a corto plazo pero dijo que también hay que tener «perspectiva». Así, destacó la importancia de reflexionar y trabajar para consolidar un nuevo modelo de crecimiento, con una economía más sostenible, con menos dependencia energética, innovadora y justa.
Corbacho, que recordó que España ha visto acentuarse la crisis por causas endógenas y un peso «excesivo» de la construcción, también destacó las medidas que desarrolla el Gobierno enmarcadas en el Plan E para «invertir contra la crisis» ya que el propósito es «dar respuesta a corto plazo» y también «preparar el futuro».
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