RRHH Digital. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra su 90° aniversario del 21 al 28 de abril, en medio de la peor crisis financiera y de empleo desde la Gran Depresión. Durante este período, se realizarán eventos conmemorativos en más de 100 países alrededor del mundo que convergerán bajo el tema común del diálogo social y el trabajo decente para una globalización equitativa. Este aniversario lanza un proceso de diálogo global destinado a fomentar la esperanza y la acción en un mundo del trabajo que se encuentra en problemas.
Se realizarán diferentes tipos de eventos a escala local, como por ejemplo debates de los que participarán representantes de trabajadores, empleadores y gobiernos, así como jefes de estado, parlamentarios, académicos y miembros de la sociedad civil. Los eventos también incluirán la ratificación de normas internacionales del trabajo, el lanzamiento de Programas Nacionales de Trabajo Decente, talleres de trabajo que exploren soluciones a la crisis financiera y de empleo, y el otorgamiento de premios gubernamentales sobre trabajo decente. También se publicará un libro titulado “La OIT y la lucha por la Justicia Social: 1919-2009”.
Los eventos tendrán lugar en medio de lo que el Director General de la OIT, Juan Somavia, en un mensaje con motivo del aniversario de la organización, describió como “un contexto de aumento del desempleo y el subempleo, de cierre de empresas, de deterioro de las condiciones de trabajo y de debilitamiento del respeto de los derechos en el trabajo, así como de creciente desigualdad, pobreza e inseguridad”.
“Celebramos este aniversario en un momento de profundos trastornos económicos y sociales”, dijo Somavia, y agregó que “el mensaje universal, el mandato y método de la OIT tendrán resonancia a nivel local”.
Para la OIT, las crisis siempre han sido señal de cambio. La Organización fue fundada tras el final de la Primera Guerra Mundial, bajo el principio que “la paz permanente sólo puede alcanzarse si se basa en la justicia social”, tal como lo establece su Constitución. A lo largo de las últimas nueve décadas, la OIT ha enfrentado varias crisis en el mundo del trabajo, y lo ha hecho con valores atemporales, mensajes consistentes y acciones prácticas en pos de la justicia social.
Los instrumentos desarrollados por la OIT –con la representación directa de gobiernos, empleadores y trabajadores– han constituido la base de gran parte de la legislación laboral a nivel mundial y han servido de guía en el desarrollo de momentos y acontecimientos clave en el mundo del trabajo. Dichos instrumentos incluyen temas como las condiciones de trabajo, la seguridad y salud en el trabajo, la seguridad social, la promoción del empleo, el desarrollo de recursos humanos, y los objetivos fundamentales de libertad sindical y negociación colectiva, la no discriminación y la abolición del trabajo infantil y el trabajo forzoso.
La OIT interactúa con sus 182 Estados miembros de diferentes maneras. Estas incluyen actividades normativas, investigación, servicios de asesoramiento sobre políticas, intercambio de información y cooperación técnica.
La expresión contemporánea de la misión histórica de la OIT se encuentra plasmada en el concepto de Trabajo Decente, que es definido como la oportunidad de todos los hombres y mujeres de acceder a un trabajo productivo bajo condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. El Programa de Trabajo Decente de la OIT ha recibido un fuerte apoyo a nivel global, regional y local. El Programa gira en torno a cuatro ejes: empleo y empresas, derechos en el trabajo, protección social y diálogo social. El mismo representa la base para una acción balanceada que responda a la necesidad perenne de las personas de acceder a un trabajo decente, y a la necesidad de lograr un crecimiento productivo y un desarrollo sustentable.
“En tiempos de guerra o de paz, de depresión o de crecimiento económico, los gobiernos, los trabajadores y los empleadores han seguido reuniéndose para dialogar en torno a nuestra mesa de valores compartidos: que el trabajo debe ser fuente de dignidad, que el trabajo no es una mercancía, y que la pobreza en cualquier lugar constituye un peligro para la prosperidad de todos”, subrayó el Director General. “Estos valores y la consiguiente acción práctica fueron reconocidos con la atribución a la OIT del Premio Nobel de la Paz, en 1969. Estos valores siguen guiando y definiendo nuestro trabajo actual”.
En 2004, la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, convocada por la OIT, anticipó muchos de los aspectos de la actual crisis, dada la trayectoria del actual modelo de globalización que ha producido desequilibrios a escala global que la Comisión describió como “moralmente inaceptables y políticamente insostenibles”.
“Juntos, decidamos las opciones políticas que sustentan el objetivo del trabajo decente, y juntos hagamos progresar la causa del trabajo decente en aras de la justicia social y de una globalización equitativa. Tal es nuestro cometido, nuestro mandato y nuestra responsabilidad,” agregó Somavia, refiriéndose a la celebración del 90° aniversario como una oportunidad para reafirmar los valores fundamentales de la OIT y adoptar las medidas necesarias para hacer frente a las inseguridades que las familias de trabajadores enfrentan hoy en día.
La OIT aboga por un abordaje de la crisis basado en la recuperación productiva. Y ha propuesto una serie de medidas al respecto: creación de empleo, incluyendo empleos verdes, y empresas sustentables; aumento de la protección social; y la defensa de normas, principios y derechos fundamentales del trabajo junto con el fortalecimiento del diálogo para alcanzar respuestas inclusivas.
Como ejemplo de una iniciativa práctica y concreta, el Director General de la OIT ha propuesto que la Conferencia Internacional del Trabajo, que se llevará a cabo en junio, apruebe un Plan Mundial para el Empleo. El mismo fomentaría la recuperación económica y la construcción de un modelo de globalización más equitativo e inclusivo, enfocado en el Programa de Trabajo Decente.
Con motivo de esta ocasión, la OIT reitera su llamamiento a una acción global por el trabajo decente, e invita a todos aquellos que defienden un camino balanceado, sustentable y centrado en las personas a que se movilicen a favor del trabajo decente.
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