El denominado ‘síndrome de la crisis’, asociado a un amento del número de casos de depresión, suicidio e infartos agudos de miocardio, afectará en mayor medida a los hombres que a las mujeres, advierte el profesor Juan José López-Ibor, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y coordinador del V Simposio Internacional ‘Evidencia y Experiencia en Psiquiatría’, que se celebra hoy en Madrid.
En este encuentro, organizado por el Aula Psiquiátrica Complutense del Hospital Clínico San Carlos y la Fundación López Ibor, que en esta edición se dedica a los trastornos del ánimo y su recuperación clínica, el experto explicó que, ante las grandes crisis, los hombres sufren más que las mujeres porque, en lugar de expresar abiertamente sus sentimientos como harían ellas, para enfrentarse con el estrés o la frustración usan mecanismos como la violencia o el alcohol.
Según López-Ibor, estas conclusiones ya se demostraron en la última gran crisis económico-social que surgió en Europa a raíz de la caída del muro de Berlín y la transformación de los países de la Unión Soviética, situación en la que los hombres, sobre todo los adultos en edad laboral, reaccionaron peor ante los cambios que las mujeres, reduciendo su longevidad por suicidios, alcoholismo, episodios de violencia o infartos de miocardio.
ELLAS VIVEN MÁS TIEMPO, PERO SE DEPRIMEN MÁS
Aunque la actual crisis es menos grave y las circunstancias socioeconómicas son diferentes, ya que hoy la mujer está incorporada a la vida laboral y se enfrenta a también a los problemas que antes sólo tenían los varones, López-Ibor sostiene que las reacciones serán las mismas porque, según minuciosos estudios anuales que se realizan en Francia para conocer la salud de la población, la incorporación al trabajo de la mujer «no reduce su longevidad, sino que la aumenta».
No obstante, el experto reconoce que alteraciones del ánimo como la depresión, enfermedad de la que aún se conoce poco y que tiene «mal pronóstico», afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres, una circunstancia, dice, no tanto debida a los problemas que da la crisis, sino a las particularidades hormonales del género y a que expresan mejor sus sentimientos y por ello, se muestran más.
En este sentido se manifestó también el profesor José Luis Carrasco, coordinador de la Unidad de Psiquiatría de Enlace y de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, para quien el hecho de que la crisis afecte más a los hombres está ligado a que el paro o el miedo «a no dar la talla» destruye más las estructuras personales del varón, «cuyo narcisismo está más ligado al rendimiento laboral», que las de las féminas.
ELLOS «SUFREN MÁS» POR EL ESTRÉS LABORAL
También opinó sobre este asunto el profesor adjunto de Psiquiatría en la Universidad George Washington, Robert M.Post, para quien, aunque el estrés por la crisis pueda generar un primer episodio de depresión tanto en hombres como en mujeres, ellos «sufren más» por el estrés laboral y ellas «por los problemas que la crisis pueda generar en su red de relaciones sociales y familiares».
Según el profesor Post, con independencia de a quién afecte, la depresión es una patología que, asociada al estrés, genera importantes daños cerebrales en los pacientes que pueden derivar en la aparición de demencias o enfermedades que afectan a la memoria, como el Alzheimer, por lo que resulta esencial fomentar su tratamiento a largo plazo para «proteger al cerebro».
«Cuatro episodios de depresión durante la vida pueden duplicar el riesgo de sufrir demencia, ya que está demostrado que la depresión y el estrés pueden dañar el cerebro, en concreto la zona del hipocampo, reduciendo su volumen, matando neuronas y causando una disfunción cognitiva que puede degenerar en demencia», concluyó.
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