El departamento del Tesoro de Estados Unidos ha solicitado al consorcio automovilístico General Motors que prepare la documentación preliminar ante una eventual declaración de suspensión de pagos que podría tener lugar el próximo 1 de junio, según indicaron fuentes conocedoras de la situación al diario ‘New York Times‘.
La multinacional con sede en Detroit (Michigan), que ha asegurado que podría llevar a cabo su proceso de reestructuración sin recurrir a la protección judicial, mantuvo la semana pasada encuentros con miembros del equipo de trabajo de Automoción del Gobierno de Estados Unidos y durante esta semana continuarán estas reuniones.
Dichas fuentes señalaron que el objetivo del Tesoro de Estados Unidos es llevar a cabo una «suspensión de pagos rápida y quirúrgica». La compañía presidida por Fritz Henderson, que ha recibido ayudas públicas por importe de 10.150 millones de euros, resaltó, en el caso de que tener que acudir a concurso de acreedores, la necesidad de hacerlo de forma rápida, para que su imagen y sus ventas no se vean dañadas de forma permanente.
La intención del Departamento del Tesoro de Estados Unidos al pedir a General Motors que prepare la documentación es que la instancia de suspensión de pagos de la compañía esté lista en caso de que la corporación estadounidense no llegue a un acuerdo con sus tenedores de bonos y con el sindicato United Auto Workers (UAW) para cambiar los 28.000 millones de dólares (21.210 millones de euros) de deuda de la empresa por acciones.
Desde su llegada a la presidencia de General Motors, el pasado 31 de marzo en sustitución de Rick Wagoner, Henderson ha dado «señales» de que la suspensión de pagos podría ser una opción «probable» en el caso de que los acuerdos con sus tenedores de bonos y con los sindicatos no llegaran a buen puerto. Esta actitud es contraria a la mostrada por Wagoner, que siempre se opuso a acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
El pasado 30 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio un ultimátum de 60 días al gigante de Detroit para que presentara un nuevo plan de viabilidad y para que evitara de esta forma tener que acogerse a la suspensión de pagos. Obama admitió que la empresa ha hecho un esfuerzo, pero lo calificó de «insuficiente».
Asimismo, la semana pasada fuentes cercanas a la compañía señalaron que el segundo fabricante mundial de automóviles se plantea llevar a cabo una escisión de la corporación para dar lugar a dos compañías independientes. De esta forma, General Motors constituiría una nueva empresa en la que quedarían encuadradas la mayor parte de las divisiones rentables, mientras que en la ‘vieja’ empresa permanecerían los negocios menos rentables del grupo.
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