El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, viajará el miércoles a Alemania para entrevistarse con la dirección del grupo Volkswagen y analizar la posible adjudicación de la producción del Audi Q3 a la planta de Seat en Martorell (Barcelona).
Seat no está incluida en la propuesta de concesión de los 800 millones de ayudas del Plan de Competitividad de Automoción a la espera de que su matriz, el grupo Volkswagen, apruebe la adjudicación de la producción del Audi Q3 a Martorell, según explicaron fuentes del sector.
En este sentido, el director general de Industria, Jesús Candil, advirtió recientemente de que si la planta de Seat no es la adjudicataria del nuevo todoterreno de Audi, el Gobierno retirará una parte de las ayudas concedidas a la compañía.
La plantilla de Seat aprobó en referéndum congelar su salario durante este año al objeto de asegurar la adjudicación a Martorell del modelo de Audi, si bien el todavía presidente de Seat, Erich Schmitt, que dejará su cargo en septiembre próximo, insistió en que la petición de la empresa era de dos años de congelación salarial.
El comité de empresa de Seat exigió a la dirección de la compañía «más implicación» en el proceso de adjudicación del nuevo modelo de Audi, el Q3, por parte del consorcio alemán Volkswagen, algo que prevé que se decida en los próximos días.
El presidente del comité de empresa, Matías Carnero, instó a la dirección a no ser «mero trasladador de documentos» a los responsables del consorcio y recordó que la falta de información sobre el estado del proceso «perjudica» la imagen de la empresa.
Carnero lamentó que la incertidumbre sobre si la factoría catalana producirá el nuevo modelo tenga «en vilo a la plantilla» -puesto que Seat advierte de un excedente de 1.500 personas si no consigue el coche- y recordó que esta decisión podría haberse producido hace tres meses si no hubiera sido por «desacuerdos sindicales».
Aseguró que se perdió «un tiempo precioso» y que Volkswagen mantiene ahora «intensas reuniones» por la presión de Audi para adjudicarse el nuevo todoterreno en un momento en que falta carga de trabajo en sus factorías por la crisis del sector.
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