RRHH Digital. En periodos de crisis y aumento del paro, una de las primeras recomendaciones para las personas en búsqueda de empleo es apostar por su formación y poder mejorar, así, su empleabilidad mediante cursos de idiomas, postgrados o cualquier otra especialidad. Sin embargo, ¿qué sucede con la formación que las empresas otorgan a sus empleados? ¿Aumenta o disminuye con motivo de la crisis? ¿Hacia qué perfiles y áreas estratégicas de la compañía va dirigida?
Adecco Training, consultora de formación del Grupo Adecco, ha analizado las principales claves del sector de la formación empresarial en nuestro país y los efectos que la actual situación económica están teniendo sobre él.
Vivimos un momento en el que la mayoría de los sectores han reducido su presupuesto de formación y han centrado sus acciones formativas en la búsqueda de soluciones para superar este periodo de incertidumbre. Sin embargo, también es cierto que las pequeñas empresas que vinculan su presupuesto de formación al crédito que obtienen a través de subvenciones, no han reducido en exceso su demanda de programas y cursos formativos, mientras que las grandes empresas han optimizado más sus fondos y han recurrido a herramientas y metodologías de menor coste.
Cambio de orientación y objetivo
La escasez de talento y el dinamismo del mercado laboral de hace un año, cuando las incorporaciones de trabajadores a las compañías eran constantes, como también era habitual la movilidad de los mismos de unas empresas a otras, hacía que la principal preocupación de las compañías fuera mantener el compromiso de sus empleados, retener el talento y fidelizarlos al máximo. Por ello, los programas formativos más demandados por las empresas eran aquéllos de formación inicial en los valores y metodologías de cada organización y de retención del talento y desarrollo profesional.
Se trataba de una época de bonanza en la que los presupuestos de formación eran generosos y que permitían, a su vez, innovar en metodologías y realizar formaciones acompañadas con material majestuoso y entornos atractivos.
Sin embargo, de ese tiempo a esta parte, las nuevas incorporaciones se han reducido, cuando no desaparecido por completo, y no hay riesgo de que se produzcan bajas voluntarias, por lo que, en estos momentos, la formación va dirigida principalmente a mejorar la rentabilidad, a través de la potenciación de las ventas, el liderazgo y la mejora en la gestión de los costes.
El área comercial se convierte en el principal protagonista: En ella se requiere potenciar la compra sin que cunda el desánimo y aumentar los umbrales de frustración gracias a la ayuda de la formación.
Así, la actual demanda de las empresas en materia formativa se centra en los siguientes cursos:
- Cómo potenciar la venta
- Mejorar el liderazgo en entornos de incertidumbre
- Cómo prevenir la morosidad
- Reducción de costes
Cambio en la metodología: Auge del e-learning y del coaching
La crisis económica, al cambiar la orientación de los planes formativos de las empresas, ha provocado también un cambio en la metodología de los mismos. En la actualidad se solicitan muchas menos acciones outdoor (programas para fomentar el trabajo en equipo, generalmente al aire libre) de componente lúdico y destinados, principalmente, a la cohesión de plantillas y mejora del compromiso con la empresa. En cambio, han aumentado la demanda de cursos vinculados al negocio principal que incorporan, total o parcialmente, metodología online que permite reducir gastos de desplazamiento, dietas, alojamiento, etc.
Mientras que las pequeñas empresas que vinculan su presupuesto de formación al crédito que obtienen a través de subvenciones no lo han reducido en exceso, las grandes empresas quieren optimizar más sus fondos y asistimos, así, a un importante auge de una metodología como el e-learning, cuya demanda se ha incrementado un 30% este año con respecto al año pasado. Ésta se caracteriza por su facilidad de implantación, flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades de cada cliente, con un coste mucho más bajo que las acciones presenciales y unos resultados altamente satisfactorios tanto para la empresa como para el trabajador.
Del mismo modo, muchas compañías no conciben la gestión de la adversidades sin unos líderes que sepan transmitir confianza y valores a sus equipos, por lo que optan por formaciones individualizadas con programas de desarrollo o coaching. La demanda de este tipo de formación ha aumentado en torno a un 15% en el último año.
El coaching para conseguir líderes en las compañías se erige como un elemento esencial para motivar, dirigir, mantener la esperanza e ilusión en el proyecto. Además, la innovación y creatividad en estas posiciones es básica dado que en muchos casos hay que reinventar el negocio. Pero en estos momentos, y debido a la crisis, el coaching no sólo está siendo empleado con esta finalidad, sino que las empresas lo están demandando para retener a los directivos que se mantienen en las empresas después de procesos de reestructuraciÓn de plantillas, aumentar su motivación, reducir su incertidumbre y prepararlos para ser los líderes que empujen a la compañía a salir del bache económico actual.
No obstante, las empresas, a pesar de haber aumentado su interés por estos programas, se ven obligadas a adaptarlos a sus limitados presupuestos en formación con motivo de la crisis y centrarlos, principalmente, en los directivos. De esta forma, lo que están haciendo es acortar su duración, y, en lugar de contratar programas de 6 a 8 meses, los reducen a 3 y 4 meses.
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