La cumbre de ministros de Trabajo del G8, sobre la ‘dimensión humana’ de la crisis financiera, se abrió ayer en Roma con el anuncio de perspectivas sombrías, ya que se prevé un grave aumento del desempleo en los 30 países de la zona OCDE, entre ellos España y México.
‘De aquí a fines de 2010, el desempleo podría acercarse a una tasa de dos cifras en todos los países del G8, a excepción de Japón, así como en el conjunto de la zona OCDE’, de la que forman parte España y México, anunció la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en un documento entregado a la prensa al abrirse el llamado ‘G8 social’.
‘En un año, cerca de 7,2 millones de personas se sumaron a las filas de desempleados en la zona OCDE’, estima el documento.
Los niveles de paro podrán superar los alcanzados en la década de los 70 y 80, por lo que la organización pidió a los ministros de los países más desarrollados y de economías emergentes ‘medidas veloces y eficaces’ para evitar una crisis social de dimensiones incalculables.
‘Los gobiernos se han ocupado por ahora de los bancos, los mercados y los intermediarios financieros porque era necesario garantizar la estabilidad al mundo de las finanzas, pero ahora hay que evitar lo peor y dar prioridad a las personas y las políticas sociales’, pidió el ministro italiano de Trabajo, Maurizio Sacconi, al abrir la reunión.
‘Sin estabilidad social no hay estabilidad económica’, advirtió Sacconi, quien coordina la cumbre, a la asisten los ministros de Trabajo del G8 (Italia, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Rusia y Estados Unidos) junto con sus homólogos de China, India, Brasil, México, Egipto y Sudáfrica.
El objetivo de la cumbre es establecer medidas ‘globales’ para afrontar el problema del desempleo.
El secretario de Desarrollo Social de México, Ernesto Cordero Arroyo, y el ministro de Trabajo de Brasil, Carlos Roberto Lupi, asistirán a los debates del martes sobre medidas ‘globales’ que garanticen la estabilidad social y atenúen el aumento del desempleo.
A la cumbre, con el lema ‘People first – Enfrentarse juntos la dimensión humana de la crisis’, asisten además de representantes de la OCDE, los dirigentes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
‘La gente que ve que se gastan millones de dólares para ayudar al sistema bancario, cuando pierde el trabajo y escucha a los gobiernos decir que no se puede intervenir, lo interpreta como socialismo si es rica y neoliberalismo si es pobre’, sostiene John Evans, asesor del comité sindical de la OCDE.
Según un documento de la entidad, cerca de 200 millones de trabajadores de países en vías de desarrollo van a entrar en el umbral de la pobreza por la crisis.
Para la OIT, la crisis va a arrastrar a unos 51 millones de personas al desempleo entre 2008 y 2009.
Las estimaciones tendrán que ser modificadas debido a la recesión económica (de -0,5% a -1%) anunciada por el FMI.
‘El retroceso de la economía modificará de forma considerable las estimaciones sobre desempleo en numerosos países’, advirtió el lunes el director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn.
Los expertos del FMI temen también que aumente bastante el número de personas que viven en la miseria debido a la crisis.
El G8 concluirá el martes con una conferencia de prensa presidida por el jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi.
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