La población activa de la Unión Europea perderá 66 millones de trabajadores desde ahora y hasta el año 2050, según un informe sobre tendencias demográficas presentado por el Banco Mundial y la Comisión Europea.
Según este estudio, la UE-27 sufrirá una pérdida del 30% de su mano de obra si no recibe población inmigrante con la formación necesaria para desarrollar un trabajo. Así, de una población activa actual de 242 millones de trabajadores, 66 millones podrían desaparecer en los próximos 40 años.
Según el Banco mundial, las regiones con mano de obra potencialmente emigrante, Magreb y Oriente Medio, no tendrán capacidad suficiente para cubrir la demanda europea a no ser que aumenten y mejoren sus sistemas educativos, ya que se requieren entre 15 y 20 años para dotar a un trabajador de un nivel de estudios medio que le habilite para trabajar.
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