CGT criticó ayer que trabajadores de Renfe y Adif realizaran 2,6 millones de horas extra el año pasado en España, lo que equivale a cerca de 1.500 puestos de trabajo, por lo que reclamó crear nuevos empleos una vez que el paro ha alcanzado los 3,5 millones de desempleados.
El sindicato ha dirigido su reivindicación al Ministerio de Fomento, a la dirección de Adif, a la de Renfe, a los comités de centros de trabajo, a los grupos parlamentarios catalanes y a la Inspección de Trabajo.
Juan Ramón Ferrándiz, coordinador de CGT en Renfe Cataluña, denunció en rueda de prensa que "la situación es insostenible, intolerable e insufrible", por lo que reclamó a la Administración que "tome medidas". En su opinión, ello se agrava por el hecho de que "no se están respetando los descansos reglamentarios". "Es difícil de probar, pero los números no salen de ninguna manera", agregó.
Indicó que, según la normativa, el máximo de conducción continuada es de seis horas, y se puede alargar hasta las ocho horas si se descansan 45 minutos en la primera mitad. Según sus datos, actualmente los contratos son de 40 horas semanales y hay un límite de 80 horas extra anuales, y a veces los datos se "enmascaran" con "horas de fuerza mayor".
Tanto Renfe como Adif tienen cerca de 14.000 trabajadores cada una. CGT también criticó que actualmente tengan expedientes de regulación en forma de prejubilaciones y bajas incentivadas -unos 2.600 en Renfe hasta 2009 y 2.200 en Adif hasta 2010-, cuando faltan trabajadores.
Para José Luís Barba, responsable de CGT en Adif Cataluña, "la solución es crear empleo", porque "falta personal" y "aumentan los descansos no disfrutados". Como ejemplo, el coordinador del sindicato en Renfe de Barcelona, Juan Carlos Martínez, subrayó que los trayectos de media distancia de los trenes Avant entre Barcelona y Lleida los realizan conductores de Zaragoza.
En las cartas dirigidas a Administración, empresas y políticos, señalan que "se están haciendo jornadas excesivas de trabajo y esto produce extenuación, fatiga y falta de descanso en el trabajador, que puede resultar muy peligroso para la seguridad y la salud" de los empleados y los usuarios del ferrocarril. Por ello, CGT reclama "acabar con estas prácticas abusivas e ilegales que descalifican el servicio público ferroviario".
Según sus datos, en 2008 se realizaron 1,6 millones de horas extraordinarias en Adif y más de un millón en Renfe. Hubieran necesitado 900 trabajadores más en la plantilla de Adif y unos 600 en Renfe, de los que 400 irían al sector de conducción.
Los efectos son "nefastos", según CGT, porque se traducen en reducciones de plantilla, aumento de siniestralidad laboral, incremento de la precariedad, y disminución de la seguridad ferroviaria.
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