Los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán mañana una cumbre extraordinaria cuyo objetivo es buscar soluciones para estabilizar el sistema bancario y reactivar el crédito y discutir medidas de apoyo a los sectores más afectados por la crisis, especialmente el del automóvil.
La cumbre, que se celebra sólo tres semanas antes del tradicional Consejo Europeo de primavera del 19 y 20 de marzo, fue convocada por la presidencia checa, a petición de Francia y Alemania, con el objetivo de evitar que la crisis económica acabe convirtiéndose en una nueva crisis política de la UE. Se pretende poner fin a los problemas de coordinación de las medidas adoptadas por los Estados miembros para hacer frente a la crisis y a las disputas sobre el proteccionismo.
La cuestión del proteccionismo ha enfrentado a los países del este, especialmente República Checa, con Francia, a cuenta del plan galo de ayuda al automóvil. Precisamente, Polonia ha convocado una reunión previa a la cumbre de los países de Europa central y oriental (República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Rumanía, Bulgaria, Lituania, Letonia y Estonia) que volverá a evidenciar esta división.
La cumbre se limitará a un almuerzo de trabajo que comenzará a las 13:00 horas y cuya conclusión está prevista para alrededor de las 16:00 horas. No está previsto que se adopten conclusiones formales, pero sí que se espera un nuevo compromiso de coordinación frente a la crisis económica.
"La situación actual exige que reiteremos, al más alto nivel, nuestro compromiso de hacer frente a los impactos de la crisis de una manera cooperativa y coordinada", destaca el primer ministro checo, Mirek Topolánek, en la carta de invitación que ha dirigido a sus homólogos.
También el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que la "descoordinación" entre las medidas que adoptan los diferentes Gobiernos de la UE frente a la crisis es una "amenaza real" que puede provocar que los planes de estímulo pierdan efectividad, según explicaron fuentes del Palacio de la Moncloa. La delegación española considera por tanto que la cumbre de Bruselas puede ser útil para resolver estos problemas.
Zapatero también ve necesario, como ya dijo en la cumbre de los líderes europeos del G-20 celebrada en Berlín el domingo pasado, hacer un primer balance del impacto de los planes de recuperación, potenciar aquellas medidas que se hayan revelado más eficaces y aparcar las que no funcionen. Y considera esencial que se dé prioridad a las medidas para restaurar el crédito, recuperar la confianza y estimular a los sectores más afectados por la crisis, como el del automóvil, según las fuentes consultadas.
CRÉDITOS
El primer tema que se debatirá en la cumbre extraordinaria es cómo estabilizar el sector financiero y reactivar el crédito a las familias y empresas. "Nuestra primera prioridad debe ser romper la espiral negativa que hace que la incertidumbre en el sector bancario conduzca a reducir el crédito a la economía real, lo que a su vez se traduce en menos inversión, más recortes de empleos y la pérdida de la confianza en los mercados financieros", destaca el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, en la carta que ha enviado a los líderes europeos.
Para ello, los líderes europeos buscarán un acuerdo sobre cómo ayudar a los bancos a deshacerse de los activos tóxicos y sanear su balance, ya sea mediante la creación de ‘bancos malos’, las garantías estatales para cubrir las pérdidas por la depreciación de estos activos o incluso la nacionalización. Para ello tendrán sobre la mesa las propuestas que presentó la Comisión el pasado miércoles, cuyo objetivo es garantizar la igualdad de trato entre todos los bancos, limitar el impacto de las medidas en las finanzas públicas y "preparar la necesaria reestructuración del sector", en palabras de Barroso. En el debate estará presente el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
En este contexto, los líderes europeos hablarán sobre las mejoras que hay que introducir en el sistema de regulación y supervisión de las instituciones financieras. Para ello cuentan con el informe presentado por el grupo de expertos que creó la Comisión, presidido por el ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Jacques de Larosière, que propone crear un sistema europeo de alerta rápida para prevenir crisis pero descarta la creación de un supervisor bancario único en la UE y aboga en su lugar por reforzar la cooperación entre supervisores nacionales. También sugiere que todos los bancos europeos adopten el sistema de provisiones dinámicas introducido por el Banco de España.
Por lo que se refiere a la economía real, se pretende también que las medidas adoptadas a nivel nacional "se refuercen mutuamente" evitando "efectos secundarios negativos", según Topolánek. En este contexto, se hablará de los diferentes planes nacionales de ayuda al sector del automóvil. Bruselas ya ha pedido a España, Francia e Italia aclaraciones sobre sus respectivos planes ante las sospechas de que puedan ser proteccionistas, algo que los tres países niegan.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, volverá a pedir durante la reunión un auténtico plan europeo de ayuda al automóvil y no una simple coordinación de los planes nacionales como hasta ahora, según fuentes diplomáticas galas. Por su parte, Zapatero ya dijo en Berlín que la lucha contra el proteccionismo, al que calificó de "espejismo económico", es "perfectamente compatible", siempre que se respete el Tratado, con el apoyo a sectores industriales que "tengan dificultades", como el automóvil.
Los líderes europeos también reiterarán su compromiso de respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) y volver a la consolidación presupuestaria en cuanto la situación económica lo permita. Sobre esta cuestión empiezan a emerger las diferencias entre la Comisión y los Estados miembros.
El Ejecutivo comunitario, que ya ha abierto procedimientos por déficit excesivo contra países como España, Francia, Grecia o Irlanda, pretende por ejemplo que Madrid y París empiecen el esfuerzo de consolidación en 2010. Sin embargo, países como Francia sostienen que no se puede fijar un calendario ahora porque hay una gran incertidumbre sobre la situación económica y poner una fecha socavaría los esfuerzos de estímulo económico, según fuentes diplomáticas.
La cumbre de Bruselas servirá para realizar un primer debate sobre las medidas que se pueden adoptar para evitar o limitar la pérdida de puestos de trabajo como consecuencia de la crisis, aunque el empleo será el tema central de otra cumbre extraordinaria que se celebrará en mayo. Finalmente, el primer ministro británico, Gordon Brown, y la canciller alemana, Angela Merkel, presentarán a sus colegas las conclusiones de la reunión de Berlín para preparar una posición común de la UE de cara a la cumbre del G-20 en Londres el 2 de abril.
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