Asesores externos del Tesoro estadounidense han aconsejado a los responsables de este organismo la búsqueda de fondos por importe de 40.000 millones de dólares (31.750 millones de euros al cambio actual), para hacer frente a una eventual suspensión de pagos de General Motors y Chrysler.
No obstante, los directivos del Tesoro implicados en los contactos con bancos y otros posibles prestamistas tienen como primer objetivo facilitar la reestructuración de los dos grupos automovilísticos sin recurrir al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, informa el diario ‘Wall Street Journal’.
En todo caso, según fuentes conocedoras de la situación que cita este diario, la Administración Obama cree que la posibilidad de General Motors y Chrysler se acojan al concurso de acreedores "debe ser considerada seriamente".
"Todas las opciones están sobre la mesa en estos momentos", añadieron las mismas fuentes, según las cuales el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no quiere ver más pérdidas masivas de empleo en la industria de automoción.
En este contexto, el objetivo inicial del Tesoro es que los bancos de negocios proporcionen a GM y Chrysler créditos con avales oficiales, que se destinarían a pagar los 17.400 millones de dólares (13.800 millones de euros) concedidos a los dos ‘gigantes de Detroit’ por la Administración Bush.
Según las estimaciones del Gobierno estadounidense, la quiebra de General Motors y Chrysler podría suponer al erario un coste de unos 125.000 millones de dólares (unos 100.000 millones de euros), si bien expertos en procesos concursales no creen que se alcanzara una cifra tan elevada.
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