El estrés puede puede provocar hipertensión arterial y alteraciones debido al exceso de secreción de catecolaminas -como la adrenalina- y al aumento de la frecuencia cardiaca que tiene como consecuencia un incremento de los niveles de azúcares y grasas en sangre, según informó hoy el vicepresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el doctor Francisco Chorro, durante la reunión anual que celebra la sociedad en Oviedo.
"El incremento de la tensión arterial, de la frecuencia cardíaca y las alteraciones metabólicas favorecen el desarrollo de la aterosclerosis, lo que puede desencadenar complicaciones cardiovasculares asociadas, tales como infartos, anginas de pecho y accidentes cerebrovasculares", explicó el doctor.
"Por lo general, siempre se ha relacionado el hecho de ocupar un cargo profesional de responsabilidad, con un mayor grado de estrés", comentó. Sin embargo, "esto no es del todo cierto, si tenemos en cuenta que el estrés está directamente relacionado con una situación personal de incertidumbre e inseguridad que puede no estar vinculada a la actividad profesional", apuntó. "Esta situación, unido al grado de responsabilidad en el trabajo, puede hacer a las personas más vulnerables ante el estrés", matizó el doctor Chorro.
Si esta situación no varía, y el paciente vive una situación de estrés continuado, puede desembocar en la aparición de arritmias y, en pacientes que las padecían con anterioridad, aumentar su frecuencia. Tal y como aseguró el vicepresidente de la SEC, "en algunos casos se trata de arritmias que no tienen repercusiones, pero en otros casos pueden ser importantes, ya que pueden favorecer la aparición de diversas complicaciones, especialmente si existen antecedentes de cardiopatías".
Modificar las situaciones que producen estrés, "si es posible revitalizar las situaciones de la vida diaria y adoptar hábitos de vida saludable son las mejores formas de combatir el estrés", recomendó este experto.
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