La economía japonesa sufrió en el último trimestre su mayor contracción desde la crisis petrolera de 1974, afectada por una caída sin precedentes en las exportaciones, lo que posiblemente despertará peticiones de medidas de estímulo adicionales para enfrentar la recesión.
Japón no ha sufrido directamente por el colapso de las burbujas en los mercados crediticios e inmobiliarios de Estados Unidos, pero su fuerte dependencia de las exportaciones frente a un débil consumo doméstico ha llevado a una contracción más aguda que en la mayoría de los países ricos.
La economía japonesa se contrajo un 3,3 por ciento, o un 12,7 por ciento según la tasa anualizada, en el cuarto trimestre del 2008, tres veces la caída en el Producto Interno Bruto (PIB) que sufrió en el mismo trimestre Estados Unidos, epicentro de la actual crisis global.
Mientras los exportadores recortan la producción y despiden empleados y muchas cadenas de tiendas anuncian fuertes caídas en las ventas, los economistas tienen pocas esperanzas de que Japón vuelva a levantarse.
"Los datos muestran una imagen grave de la economía japonesa y enfatizan la debilidad en las exportaciones", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Norinchukin Research Institute.
"El trimestre de enero a marzo posiblemente mostrará otra cifra a la baja (anualizada) de dos dígitos o cercana a los dos dígitos", agregó.
Tras las noticias, el índice promedio japonés Nikkei cayó un 0,6 por ciento, pero el yen se apreció levemente, lo que de acuerdo a los operadores fue una reacción a las fuertes caídas del viernes.
La gran caída en el trimestre de octubre a diciembre fue la segunda peor que vive Japón en la época moderna, quedando sólo detrás de la contracción de 3,4 por ciento registrada en 1974, después de la primera crisis petrolera registrada en Oriente Próximo. La caída superó el 3,1 por ciento previsto por economistas y también fue peor que el descenso registrado en las otras potencias económicas en el mismo período.
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